Si la idea es dejar la vida sedentaria en el pasado y mejorar la calidad de vida, será necesario también cambiar algunos hábitos alimentarios.

La clave es aprender a alimentarse y conocer la importancia de la
cantidad, la calidad, y la armonía de los alimentos que componen la dieta. Los alimentos se dividen en grupos: cereales, derivados y legumbres; hortalizas y frutas; lácteos; carnes; huevos; grasas y azucares. "Lo más importante es consumir todos los  grupos de alimentos, sobre todo frutas y hortalizas porque el ejercicio consume muchas vitaminas y minerales. En este caso hay que tratar de preparar ensaladas de muchos colores porque complementan los nutrientes que el cuerpo necesita", indica Daniela Fullana, licenciada en Nutrición. A la vez recomienda que lo ideal es comer un plato de verduras cocidas y crudas por día. En el caso
de las frutas, a mucha gente le produce mayor saciedad comerlas crudas, aunque existe la opción de algunas cocidas. En cuanto a lácteos la profesional aconseja
cuatro porciones por día: un vaso de  leche, un vaso de yoghurt, dos fetas de queso barra o una porción de queso duro o dos cucharaditas de queso untable. Esto es de vital importancia porque son la principal fuente de calcio, mineral muy importante cuyo requerimiento no logra cubrirse con otros alimentos; contiene proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitamina A, D, complejo B y minerales como calcio, fósforo que son fundamentales para cuidarlos huesos y los dientes. 
Es recomendable en adultos consumir lácteos descremados y evitar las grasas. Otro detalle a tener en cuenta es el consumo de carnes rojas y blancas. "Siempre aconsejo comer carnes rojas tres veces a la semana siempre que sean magras, puede ser bola de lomo o peceto. En cambio carnes blancas como pollo o pescado puede consumirse 3 o 4 veces por semana. En ambos casos se deben acompañar con vegetales", indica Daniela. 
Los granos de cereales, maíz, trigo, avena, arroz, cebada, centeno, mijo son recurso nutricional muy valioso. Aportan hidratos de carbono complejos, proteínas vegetales, fibras, vitaminas del complejo B, fósforo, potasio, magnesio y selenio. Las legumbres como las arvejas, lentejas, porotos, entre otras contienen proteínas de origen vegetal, fibra, no poseen grasa ni colesterol.
Lo mejor es distribuir estos alimentos en cuatro comidas diarias y dos colaciones –
a media mañana y media tarde-. Un método infalible para estar bien alimentado
y sano.