Ni el sol ni la brisa caliente se opusieron a la diversión. Sumada a la alegría de los chicos, el bello paisaje que rodea al Camping Municipal de Ullum hizo que la minicarrera que hicieron tuviera todos los condimentos de una competencia de Cross Country, donde el circuito es totalmente natural. Así, entre lomadas y bajadas empinadas, los alumnos de la colonia de Ullum se vistieron de
atletas por un rato y pasaron una mañana distinta.
Divididos en grupos, según las edades, tuvieron un gran desafío. Debieron descubrir el camino correcto, que estaba señalizado, para llegar a la meta. Algunos llevaron botellas con agua fresca, otros gorras y hasta hubo algunos que se animaron a hacer la travesía en ojotas. Pero a pesar de que todos tuvieron como principal objetivo ganar la carrera, no pudieron dejar de divertirse. Esquivando arbustos y sin perder de vista a sus compañeros, (porque debían tratar de llegar todos juntos), se rieron a los gritos, cantaron mientras corrían y no les importó que el calor fuera insoportable. Esto, porque sabían que tras tanta carrera la recompensa iba a ser muy grata, pues los esperaban varios minutos de pileta.
Matías Pérez, de 11 años, fue uno de los que hizo la competencia y contó que a pesar de que estuvo cansado nunca pensó en bajar los brazos. Incluso hasta los adultos mayores se animaron a enfrentar el circuito que tenía una extensión aproximada de 300 metros.
Tras la carrera, los chicos siguieron corriendo, pero esta vez para buscar los toallones para chapotear en el agua. Con música de fondo algunos grupos hicieron natación y otros acuaerobic. Y al igual que en el juego anterior, las enormes sonrisas fueron la marca registrada en todos los rostros, de los chicos ulluneros.
