Concluyó otra Vuelta Ciclista a la provincia de San Juan y más allá de la alegría que tenían los pocitanos por la victoria de su ciclista insignia y de la satisfacción de los dirigentes porque concluyó sin inconvenientes mayores, cabe esperar que la próxima edición, como dijo el presidente del Pedal Club Olimpia, Juan Ernesto Pacheco, supere largamente a esta que concluyó ayer.
El mundo cambió, la tecnología lo maneja y esta Vuelta de San Juan no cuenta con un equipo de gente que pueda brindar a la prensa, y por ende a la afición a través de ella, los datos correspondientes al parcial apenas concluido.
Lo del jueves en la contrarreloj, dejó en evidencia que con la voluntad de los dirigentes del club no alcanza. Algunos piensan como hace 20 años. “La Vuelta es la Vuelta y el que quiera correrla que la corra”.
Con ese razonamiento se ha debilitado en el aspecto deportivo. Cada vez vienen menos equipos potentes y los que llegan, como no reciben nada de parte de la organización, llegan a rodar para prepararse para otras carreras, a cambio de ofrecer sus servicios para los equipos sanjuaninos. ¿Resultado? Carrera de batallones con final previsible.
Hoy el mundo cambió. A los dueños del espectáculo, que son los ciclistas se los protege. Al público se le ofrecen comodidades mínimas (baños químicos en lugares fijos) y a la prensa se la cuida, porque, aunque a algunos les cueste entenderlo, sin su apoyo, el entusiasmo popular decaería.
No alcanza con un cambio de aros. Esta Vuelta necesita, urgente, una rectificación.
