Fue grande la sorpresa de la supervisora escolar cuando ojeó el resumen de su tarjeta de crédito y aparecía una abultada suma a pagar por costosa mercadería que no tenía en su poder: un televisor, una notebook, una cocina, ropas varias, juguetes para nada baratos. Enseguida llegó con su reclamo a la casa de crédito y ahí descubrieron que quien había sacado el plástico a su nombre, pero con el DNI original que la supervisora había extraviado, era una directora de escuela. Ayer, luego un intenso rastrillaje para saber dónde vivía, los policías de Defraudaciones y Estafas detuvieron a la sospechosa en su casa del barrio Cattani, en Capital, y secuestraron dos evidencias que la complican seriamente: el DNI de su superiora, de apellido González, y la tarjeta que había sacado a su nombre para hacerse pasar por ella (serían parecidas) y obtener más de un ilícito beneficio, dijeron fuentes policiales.

Altos jefes policiales aseguraron también que los pesquisas de Defraudaciones y Estafas (a cargo del operativo, que ayer no dieron detalles del caso), concretaron otros dos allanamientos en el barrio Centinela, Rawson, y en el barrio Enoé Bravo, Santa Lucía, donde viven personas vinculadas a la directora, identificada como Nelly Alaniz, y que tenían la mercadería adquirida con el plástico conseguido de manera ilegal.

Todo se supo el último martes, cuando responsables de la tarjeta denunciaron que habían detectado que una mujer de apellido Alaniz, llegó tiempo atrás a pedir una tarjeta de crédito con el DNI de González, con la excusa de que se le había perdido la que tenía. Según las fuentes, desde la tarjeta aseguran que chequearon que se trataba de la misma persona y por eso le dieron el plástico nuevo, aunque admitieron haber sido inducidos a error porque cuando la verdadera González llegó a reclamar, descubrieron que quien peticionó y consiguió la tarjeta resultó ser Alaniz.

Parecía asunto cerrado, pero cuando los investigadores fueron hasta el domicilio que figuraba en la casa de crédito no hallaron a nadie. Y tuvieron que intensificar la búsqueda para descubrir que la mujer vivía en un segundo piso del barrio Cattani, en Capital.

Ahora, Alaniz enfrenta cargos por fraude (delito excarcelable) pero los pesquisas de Defraudaciones y Estafas investigan ahora si esta mujer fue la misma persona que, en diciembre pasado, cobró por ventanilla del banco San Juan el sueldo (casi 8.000 pesos) de esa misma supervisora, precisaron las fuentes. Lo primero que harán será pedir las filmaciones de la mujer que cobró ilícitamente esos haberes, para ver si se trata de la misma persona.