Parar la marcha del auto al costado de la calle, hablar por teléfono, seguir. Un trámite. Pero la noche y la zona elegida para la ejecución de esa tarea, le jugaron una mala y peligrosa mala pasada a Nora Cánovas (48 años, docente). Según la policía, cuando la mujer frenó, sin apagar el motor, prendió la luz en el interior de su Ford Fiesta en calle Mendoza frente al barrio General Acha, en Concepción, Capital, y entonces un sujeto desde la ventanilla descerrajó un disparo que rompió el vidrio y le lanzó los cristales al rostro. Nora no se amilanó: a pesar del susto, tomó el bolso del asiento del acompañante y aceleró, porque mantenía el auto con el cambio puesto.
Todo pasó minutos después de las 22, justo cuando pasaban tres policías en motos (el oficial Marcelo Giménez y los agentes Diego Lara y Enzo Guardia), frente a la escena del frustrado asalto. La detonación y la polvareda del vehículo acelerando a mil rumbo al Sur por Mendoza, provocaron que los policías enfilaran detrás del auto, pero al llegar a cruce con Circunvalación, descubrieron que en realidad perseguían a la víctima.
La mujer, según la policía, estaba shockeada y con una herida de bala que había atravesado su pierna izquierda, pero que no había puesto en peligro su vida, evaluaron luego personal del Sifeme y del hospital Rawson.
Nora volvía de una iglesia evangélica situada en Mendoza y Oro, Chimbas, y anoche se convirtió en otra víctima más al recibir un disparo de un delincuente durante un intento de robo. En un relevamiento realizado por este diario, se estableció que octubre es el mes más violento por este tipo de maniobras, ya que con el caso de la docente se elevó a seis el número de personas baleadas en octubre. En lo que va del año, hay 24 casos.
