Ana Ramazzi de Coria se planteó cuando fundó el Colegio Integral Independencia ofrecer alternativas a las propuestas educativas vigentes hasta ese momento. Y uno de los puntos en los que hizo hincapié fue en el horario, además del uniforme y la doble escolaridad.
 
Así fue como hace 26 años atrás -cuando abrió las puertas del colegio privado que es la continuidad del jardín maternal "El largarto Juancho”- se fijó que en ese establecimento el timbre sonaría a las 9 y luego de una jornada de trabajo, los chicos se irían a la casa a las 17. Recién en 1996 y cuando incorporó el nivel secundario modificó levemente el horario, adaptando el ingreso a las 8,20 (para los estudiantes más grandes) y a las 8,30 (para los de primaria) para poder cumplir con toda la carga horaria exigida por el Ministerio de Educación. Dice que jamás recibió quejas de los padres porque a todos les justificaba su decisión con su propia experiencia.
 
"Yo había padecido por muchos años el tener que levantar a mis hijos a las 6,30 de la mañana porque entraban a la escuela primaria a las 7,10. Me dolía que fueran tomando la leche en el auto para no llegar tarde. Pero no tenían otra alternativa. Tanto ellos como yo sabíamos que si no "tenían algo de azúcar en el estómago” no sólo podrían descomponerse, sino que además no podrían aprender ni concentrarse. Por eso, cuando surgió la posibilidad de tener nuestra escuela, uno de los primeros cambios que propuse fue que la entrada fuese más tarde para que los niños se pudiesen levantar tranquilos, despertarse, vestirse solos sin que nadie tuviese que ponerles la ropa dormidos y que desayunaran en familia. Obviamente nadie estaba en desacuerdo”, detalla Ana, quien había recopilado situaciones similares en escuelas de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Con ese aval es que "peleó” este horario distintivo. De hecho, según sus propios relevamientos, hasta ahora es la única experiencia en la provincia, tanto de escuelas de gestión pública como privada, que tiene ese esquema de horarios.