Relajado, Montaner pasó el día de ayer en la provincia. El cantautor no quiso fotos ni hablar con la prensa. En vísperas al show, bajó de la habitación del Del Bono Park sobre el mediodía. Rodeado de su círculo íntimo -entre los que estaban dos de sus hijos- pasó un par de horas en el patio del hotel, disfrutando del sol. Cerca de las 14, se antojó de comer un asado. Pero cuando vio la hora prefirió roll de pollo con salsa picante y lomo con papas hervidas. Antes de sentarse a la mesa, el venezolano -que tenía dos choferes del Gobierno provincial a disposición- saludó y firmó un autógrafo a Verónica Puime, una fan incondicional que le hizo la guardia desde el mediodía para entregarle una grulla de papel y a quien -para su sorpresa- le obsequió un par de entradas para que pudiera ir a verlo. Después de almorzar, durmió la siesta y se preparó para el recital de anoche en el estadio.
