Las poco más de 440 personas de ambas parcialidades que presenciaron la primera final fueron las encargadas de ponerle color y calor a la fría tarde de Rodeo. Se esperaba que sea una verdadera fiesta del fútbol departamental y así fue.

La hinchada de San Lorenzo fue la anfitriona y en la previa del encuentro hubo música y sorteos para todos los presentes. En las tribunas, los fanáticos azulgranas desplegaron todo el cotillón con banderas, bombos, redoblantes y trompetas, dándole una calurosa bienvenida al equipo cuando salió a la cancha, arrojando papelitos y bombas de estruendo.

Durante el encuentro, alentaron al equipo y la intensidad de sus cánticos fueron de la mano con el ritmo de juego. En el final, a pesar de que no se dio el resultado esperado, felicitaron a sus jugadores por haber dejado todo. Pero no estuvieron solos, porque el costado Este del campo de juego fue copado por los hinchas de la ADA que recorrieron varios kilómetros en colectivos y autos particulares para apoyar al club de sus amores.

No tuvieron demasiado despliegue de cotillón, pero sí jugaron un papel fundamental al intentar poner nerviosos a los jugadores locales y, a su vez, alentar a cada integrante de La Escuela que pasaba por el sector. En el final, entonaron el clásico “Dale Verde, dale verde”.