Hace más de 20 años, el ex intendente Guillermo Barrena Guzmán ya tuvo que lidiar con ellos. Corría el año 1989 y para solucionar el problema de los ambulantes que proliferaban en el centro, el municipio les entregó en concesión un local a la entonces denominada Asociación de Vendedores Ambulantes para que abandonaran las calles de la ciudad. El local está ubicado en calle Laprida, antes de llegar a Rioja, en plena city sanjuanina, y como el inmueble es propiedad del gobierno municipal no se paga alquiler y los concesionarios -funciona allí una feria persa- se hacen cargo de los impuestos. Pasaron unos cuantos años más, y ya entrado el 2006 otro intendente -Enrique Conti- volvió a concederles a los ambulantes otro local gratis -en avenida Rioja, entre San Luis y Libertador- a cambio de abandonar la actividad ilegal en las calles del centro. La comuna en la actualidad sigue pagando un alquiler de $7.800 mensuales que no les cobra a los vendedores que se instalaron. Este año, luego de las ventas de Reyes, el presidente del Centro Comercial, Hermes Rodríguez, amenazó con que los comerciantes nucleados en la entidad no iban a pagar las tasas municipales hasta que erradiquen a los vendedores callejeros. Luego de las vacaciones, y ante la continua protesta del comercio, el intendente Marcelo Lima en marzo anunció que se iba a decomisar la mercadería a todo vendedor ambulante sorprendido en la vía pública. El 12 de ese mes el municipio sacó a la calle a 18 inspectores acompañados por policías. Se produjo un violento desalojo, que tuvo hasta policías e inspectores heridos. Tras varias negociaciones, el 8 de abril el Concejo Deliberante de la capital reemplazó la vieja ordenanza de los “90 que reglamenta la actividad de los ambulantes y les abrió una alternativa: pueden seguir vendiendo de a 6 ambulantes por cuadra, y sin colocar la mercadería en el piso, sino siempre caminando. También ordenó a los ambulantes del parque a quienes les otorgó un lugar en la calle San Luis sólo los domingos, para que abandonen el parque. Parecía que había llegado el orden, hasta ayer.
