Hace unos tres años, los vecinos de la Villa Nueva Esperanza, en Rawson, unieron esfuerzos para sentirse protegidos. Luego de varias rifas, lograron juntar los fondos necesarios para comprar la imagen de una Virgen y hacerle una gruta en medio de la plaza. Pero la delincuencia se encargó de tirar por tierra ese sueño concretado. A escasos meses de entronizar la imagen bendecida, los malvivientes destruyeron las instalaciones y estuvieron a punto de llevarse a María, de no ser por una vecina que, a los gritos y pedradas, lo evitó. Desde entonces la Virgen se encuentra encerrada en una vivienda de la villa, a la espera de que reconstruyan su casa que está totalmente pintada con aerosol, sin vidrio ni rejas, y con los azulejos del interior destruidos por la explosión de los petardos que, por diversión, arrojan los chicos.

Margarita Jofré confesó que tiene sentimientos encontrados. Dijo que por un lado se siente muy triste porque la Virgen María dejó de estar en la plaza, recibiendo las plegarias de todos los que pasan por el lugar, pero que por otro se siente feliz porque la imagen ahora está en su casa. Sus vecinos la eligieron para que custodie la imagen hasta que puedan volver a entronizarla. Y esta elección no se hizo al azar. "La imagen primero la tuvo la vecina que evitó que se la robaran, pero no podía tenerla porque en su casa había muchos niños y tenía miedo de que la rompieran -contó la mujer-. Como con mi marido somos viejitos y vivimos solos, nos pidieron que la cuidáramos. Por eso sufrí y lloré tanto cuando la perdí. Pero Dios quiso que volviera a mí".

Se refería a que hace un par de años, una vecina de la villa agonizaba a causa del cáncer y su hija le pidió la Virgen a Margarita para colocarla en el dormitorio de la enferma para que le concediera el milagro de dejar de sufrir. Al otro día de poner a María en la habitación, murió. Y la Virgen desapareció. "Después del velorio le pedí que me devolviera la virgencita porque yo era la responsable de su cuidado -recordó la señora-. Me dijo que no la tenía, que seguramente se la habían robado. Hasta sus propios familiares me dijeron que eso era mentira, que ella la tenía envuelta en un pedazo de frazada vieja".

Según Margarita, hasta llegó a amenazarla con denunciarla en la Policía sino le devolvía a María. Pero no la convenció. Recién a los dos años de habérsela llevado, la mujer devolvió la imagen de la Virgen. Lo hizo arrepentida y después de haberse enterado de que padecía cáncer al igual que su madre.

"Me puse a llorar cuando la vi, primero por la emoción de recuperarla y, segundo, por el estado en que venía -contó Margarita-. La virgencita no traía la capa, y tenía las manitos y la corona rotas. Ahora mi hija la está arreglando un poco con pintura".

A pesar de lo sucedido, Margarita no le niega le Virgen a nadie. Si bien no la presta para que se la lleven, permite que el que quiera rezarle y encenderle una vela, lo haga en el comedor de su casa. Y lo hará hasta que la Virgen pueda volver a ocupar su gruta en la plaza, que actualmente está sin rejas ni vidrios y con las paredes pintadas con aerosol.

Los vecinos de Villa Nueva Esperanza van a pedirle al municipio de Rawson que reconstruya esta obra y que aumente la frecuencia de las rondas de la Policía Urbana para evitar que los delincuentes ataquen nuevamente a María. Sobre todo por las noches, cuando la plaza se transforma en el lugar elegido por los jóvenes para tomar alcohol y provocar desmanes, según contaron en el vecindario.