Para Julia fue el momento más desgarrador. El chofer del camión cisterna del municipio de San Martín, que presta servicio a Caucete, terminaba de llenarle tres recipientes plásticos con agua potable (en la Villa Tiro Federal no tienen desde hace más de 15 años) y partía hacia otra vivienda con la misma misión cuando ocurrió la desgracia. El camionero iniciaba su marcha justo en el momento que Julia volvía del fondo de dejar uno de esos recipientes y se topó con algo que no hubiera querido ver nunca: “¡Pare, pare! ¡Iñaki, Iñaki!”, gritó la mujer cuando vio que el camión arrollaba y aplastaba con su rueda delantera izquierda a su pequeño hijo de 3 años. Y sumó fuerzas a su grito para que no lo alcanzara con las ruedas traseras, pero fue inútil. “Si hubiera parado y no le pasaba con las ruedas traseras a lo mejor lo tenía vivo a mi hijo”, alcanzó a decir la joven, con la voz quebrada por un desconsolado llanto.
Todo pasó a las 12,30 de ayer. Los viajes con agua del camión para esa villa son una rutina que se cumple dos veces por semana y le sirve a unas 10 familias que no tienen ese servicio desde que construyeron sus ranchos en tierras fiscales, entre calle Divisoria y el canal, en Caucete, en el límite con San Martín.
Iñaki era el segundo de los tres chicos (los otros tienen 6 y 1 año) de Julia Argüello y Emanuel Ruiz, que trata de arreglárselas con trabajos de jardinería y otras changas para acercar unos pesos a su familia.
A la hora en que ocurrió la tragedia con ese camión que, según la Policía, conducía Miguel Félix Suesa (62), la mujer estaba con sus hijos más pequeños.
Ayer, el intendente de San Martín, Pablo Santibáñez, se acercó al lugar y, por lo bajo, recibió críticas.
“Esto no hubiera pasado nunca si a esta gente le hubieran puesto agua potable. No cuesta nada, es cuestión de tirar una manguera desde el Tiro Federal que está acá al lado y se acabó el problema”, dijo uno de los vecinos.
El caso es investigado por policías de la seccional 9na al mando del comisario Diego Rocha.
