Así puede definirse a la Fiesta de Albardón. Su segunda noche presentó un marco de 35 mil personas -según dijeron los animadores del festival-, los cuadros musicales de Víctor Heredia y Leo Dan -la gran estrella de la noche- y una comulgación de auténtica tertulia. Entre ranchos típicos y calor fatalista -muchas mujeres se escudaron en sus abanicos-, la plaza principal del municipio sanjuanino contuvo a miles de familias y evidenció gran fraternidad vecinal. Con esa misma comunión de entrega, disfrutaron con entusiasmo los clásicos de Heredia (de 20 mil años Patria a Todavía Cantamos) y hasta le cantaron el happy birthday -justo el sábado 24 era su cumple 63-. El cantautor no dudó en preludiar cada canción con punzantes discursos políticos. Luego, fue el turno del añejo -pero muy vigente- Leo Dan (si se quiere, el lado B de Palito). El cantautor entusiasmó con sus clásicos -revivió el clima de las boats- y sorprendió con su impronta de pseudo pastor. Es que habló de Jesucristo en todo momento y hasta le pidió al público que alzara sus manos para agredecerle a Dios -casi una transmisión de Pare de Sufrir-. Más allá de todo, hizo emocionar con la música del recuerdo -sobre todo a los matrimonios que noviaron con sus temas-. En resumen, la Fiesta de Albardón gobernó un destino de éxtasis y tradición vecinal.
