El sábado pasado, el eximio guitarrista Juanjo Domínguez recaló en el Auditorio Juan Victoria. Solo, o mejor dicho, con su guitarra, no tardó en ganarse a la platea que -ya a sabiendas de su talento y virtuosismo- se dio cita en el complejo, para disfrutar de su música, una selección variada y con aristas sesionistas. Fluido, sereno, sólido, Domínguez -que supo acompañar a grandes cantores de tango como el Polaco Goyeneche- impresionó con los matices y efectos que sus mágicas manos le arrancaban a las cuerdas. Despojado, el artista y su instrumento llenaron la escena; y se ganaron como pocos el aplauso ferviente del público.
