Técnicamente no fue un partido dechado de virtudes. Pero en lo emocional salió un choque notable. Tanto que los 13 goles en total (Estudiantil le ganó 7-6 a Valenciano) son una muestra de lo mucho que siempre trepó el termómetro y el porqué las pulsaciones siempre estuvieron aceleradas. La lluvia de goles dejó en evidencia que la final de la Liga Nacional A-1 de hockey sobre patines se está jugando al máximo de las posibilidades. Que los errores se pagan caro y que los deseos por ganar aumentan como las llamas del fuego en un incendio.
Lo cierto es que el Verde empardó la serie. Lo hizo por su poder de gol. Por sus ganas de emparejar el tablero en partidos ganados. En realidad eso fue lo que primó anoche. En el vaivén de emociones, siempre, el que estaba necesitado, se las arregló para encontrar el camino al gol. Arrancó mejor Estudiantil, por aquello que estaba un partido abajo. Reaccionó Valenciano, tras estar tres goles por detrás en este segundo encuentro. Y lo cerró mejor el Verde, necesitado otra vez de sacar diferencias. En ese juego de necesidades, el beneficiado terminó siendo el equipo de Beltrán, que supo asimilar el golpe de nocaut que le había dado La Barraca empatando increíblemente y, después de sacar otra vez tres goles de ventaja, aguantó el vendaval y terminó ganando ajustado por uno.
El primer tiempo había sido exclusividad de Estudiantil. Porque dominó en el juego y porque hizo a Garramuño -el arquero de Valenciano- al gran protagonista. Sacó y cortó todo. Hasta que el Verde encontró el oro con un latigazo de Gonzalo Gómez, sobre los 16′. Y Pablo Martín lo rubricó con otro tiro idéntico. Del mismo lugar y a idéntico ángulo. Más tarde Rosselot elevó a 3-0 el tablero y hasta Gómez se perdió un gol increíble en el último segundo.
Valenciano salió en el complemento dispuesto a revertir la historia. Y lo hizo nomás. Apoyado en la velocidad con exquisitez de Emiliano Romero (hizo dos goles) y un penal de Pablo Garcés empató ante la admiración de todos. De ahí en más, en el ida y vuelta permanente (se hicieron un gol cada uno), el Verde sacó la distancia decisiva por los errores de marca del rival. Es que en La Barraca hubo desesperación y la pagaron caro. Después Valenciano tuvo fuerza para ir al frente pero el reloj fue inexorable y ya no tuvo tiempo para más del 7-6 final.
Un partido, en lo emocional, para no olvidarlo. Ahora, todo igual, la serie "empieza de nuevo" pasado mañana. Eso sí, es más corta…
