Nuevamente San Martín sufrió el alto costo de salir de casa. Un karma que parece imposible de resolver. Anoche cayó 1-0 ante Ferro en Caballito, cuando no lo mereció. Así también como que llevarse los 3 puntos hubiese sido demasiado premio. Sí fue mejor en el balance general, pero un error en ataque lo condenó en defensa y fue cuando el local pegó con el gol de Javier Correa, a los 16 del segundo tiempo. Además cayó luego de 6 fechas.
En el global resta. Y más cuando Ferro no hizo demasiado para quedarse con la victoria, porque ambos tuvieron desacoples. Pero fue en el complemento, cuando San Martín se acomodó y mostró sus intenciones, donde todo se definió con el golpe de Ferro y la impotencia Verdinegra al no encontrar cómo penetrar la sólida defensa rival que fue la que sostuvo el gol del triunfo.
El juego lo arrancó cuesta arriba porque buscó hacerlo con pelota dominada y le costó mucho transitar por el mediocampo. Ferro tampoco era claro en su producción pese a ser más práctico en la elaboración de las jugadas cuando la tocaba Carranza.
A los 7’ Kruspzky cabeceó tras el tiro de esquina y la pelota pasó cerca. Y sobre los 32’ la jugada colectiva entre Quiroga y el desborde de González que finalizó con el remate de Salas.
Aunque en el complemento se vio lo mejor de San Martín, porque pasó a manejar el pleito y por ello la dupla técnica del Verde metió cambios, uno de ellos fue el de su artillero Javier Correa, quien en la primera que tuvo convirtió. Fue a los 16’, luego de una mala asistencia de Salas en ofensiva, para dejar a todos mal parados y con un contra letal que el delantero resolvió con categoría definiendo cruzado.
Después, lo que siguió fue todo Verdinegro, sin mucha claridad pero con actitud para encarar y buscar llevarse por delante a Ferro, que sólido atrás no le dejó lugar al empate. Terminó con 4 delanteros y un volante netamente ofensivo, pero todo tibio intento se perdió ante la impotencia. Como el partido mismo, el que no debió perder, pero jugar afuera tiene una carga extra que por ahora, San Martín no sabe cómo resolver.
