La primera mujer elegida obispa luterana, la alemana María Jepsen, acusada de ocultar en 1999 un caso de abusos sexuales a niños por parte de un sacerdote, anunció que abandona su cargo.

"Mi credibilidad ha sido puesta en duda. No me veo en la situación de seguir proclamando el feliz mensaje, como prometí en mi ordenación y en mi designación como obispa ante Dios y la comunidad", señaló Jepsen.

Este es el tercer caso en el que un obispo alemán abandona su cargo. En abril el obispo católico Mixa renunció tras recibir críticas a raíz de conocerse supuestos abusos a menores.

Asimismo, en febrero, la obispa protestante, Margot Kamann, se retiró tras dar positivo en un control de alcoholemia.