La noche del viernes, el periodista Fabián Doman no fue salvado por el jurado en el Bailando 2016 tras ser sentenciado junto a otras nueve parejas y quedó al borde del voto telefónico con la mediática ‘abogada hot’, resolución que quedó pendiente para mañana, cuando se sabría quién de los dos competiría con el boxeador Evander Holyfield -que fue directo a esa instancia por su ausencia-. Luego del certamen, en el que tuvo como partenaire a la bella Barby Reali, el conductor del programa Nosotros a la mañana (El Trece) publicó una nota en la red social de Facebook anunciando su renuncia definitiva y Marcelo Tinelli se la recibió con un: ‘Totalmente entendido. Gracias a vos Fabián por haber estado. Sos un capo!!’. Este episodio sorprendió a la producción de Showmatch y, ayer, Doman dialogó con DIARIO DE CUYO sobre qué sucederá con su sueño por San Juan: un móvil oftalmológico para que la Fundación Prevención de la Ceguera Infantil pueda tratar a niños de zonas alejadas. – En el texto donde explicás las razones de tu baja también decís que el sueño por San Juan se concretará…

– Ya hablé con el Dr. Pablo Larrea, el responsable de la fundación, porque era mi gran preocupación. Y le dije: ‘Yo me voy pero una parte del sueño ya la cumplí, que es el móvil’. Lo conseguí por mi cuenta. Y, por otro lado, vamos a darle una mano para conseguir lo material que se necesita para equiparlo y difundir el laburo más allá de la provincia, porque me contaba Larrea que en San Juan no hay niños con ceguera, desde 2006. – ¿Cómo conseguiste el vehículo? – Por un empresario de allá… Todavía no sé si querrá dar su nombre, así que prefiero reservarlo. En su momento se verá, pero va a colaborar… – Además, habrá que equiparlo… – El móvil no es sólo un auto o una camioneta, hay que conseguir los requerimientos médicos por eso tenemos que trabajar con Pablo Larrea en eso, en los detalles. – ¿O sea que tu compromiso está más fuerte que nunca?

– Claro, porque vamos por el equipamiento, para ayudar con la recaudación de más cosas cosas que ellos necesitan y la difusión de su trabajo, un modelo de gestión que vamos a tratar de dar a conocer a nivel nacional para que otras provincias también lo inicien. – Ya te convertirte en una suerte de padrino… – Soy un padrino honorífico y me encanta. Soy bueno para manguear cosas para las fundaciones. Y no es la única, también trabajo mucho con la Fundación Flexer que lucha contra el cáncer infantil y un montón de otras más. – ¿Qué te lleva a dedicarte a la solidaridad con tanta pasión? – Creo que los periodistas cuando somos famosos y tenemos la oportunidad de que nos atiendan el teléfono hay que tratar que sirva para algo, por ejemplo, presentando el tema de los galgos en Showmatch estamos logrando que el Congreso de la Nación avance en un proyecto que tiene media sanción y está congelado en Diputados para que se prohíban las carreras de perros en el país, ya vamos a ver si nos juntamos todos los que tenemos galgos y vamos al Congreso. A la fama hay que usarla. – ¿Entonces por qué la renuncia?

– Llegué a mi máximo potencial. Es un concurso de baile, no es ni de percusión, ni de canto ni de nada… – ¿O fue porque quedaste con la abogada hot para ver quien iba al teléfono con Holyfield? – Hay que tener en contexto quién es bailarín y quién no, si no seguro ganan Guerra (por Maximiliano), Bocca (Julio) y Piquín (Hernán). – ¿Es el nivel de los participantes lo que te empujó a irte? – No sé quién baila mejor… pero no quiero caer en esa de echarle la culpa a alguien de mis limitaciones, ni dar nombre de con quién competís. Conmigo todos fueron amables, educados y cariñosos… Conocí tipos como Fernando Carrillo, Agustín de Marama que no está para nada colgado a una palmera, un tipo amabilísimo, cálido. No sé… no quiero ser injusto con los nombres, a otro que conocí fue a Peter Alfonso y a los chicos de Ideas del Sur, una producción excepcional. – Valía la pena seguir peleando…

– La decisión es mía contra la pista. Todo lo que dijo el jurado sobre mí fue justo. – ¿Y te ganó la pista?

– No sé si me ganó…