Que viene teniendo una enorme campaña no es nuevo, que su despliegue y entrega continúan intactas en el equipo de Perrone tampoco, y todo eso, más su pegada, lo ponen en cada partido como uno de los puntos más salientes y ayer no fue la excepción. Mauro Bogado, el de la enorme pegada de larga distancia, ayer volvió a acertar al arco rival y en el momento que más lo necesitaba el equipo, para no sentir el sacudón y caerse porque le acababan de convertir.

Apenas 5’ después de eso (a los 10’ del segundo tiempo), recibió por derecha, midió, y le dio con todo, como es su sello. Seco, preciso y con una dirección bárbara para que la pelota se metiera en el ángulo superior derecho del arquero Ojeda que, sorprendido y unos metros adelantado, sufrió el mal que otros colegas suyos ya conocieron antes. Marca registrada, la misma que le sirvió y puso en práctica en la anterior salida, cuando en Santa Fe, le pegó de 40 metros para que entrara pegada al palo, pero aquella vez abajo e imposible de sacar. El mismo Bogado que ejecuta los penales. El mismo que más allá de su pegada juega y hace jugar.

Luego del final del partido, Mauro señaló: “Sabíamos que jugábamos con un rival necesitado y que por eso el partido sería complicado. Igual, nosotros siempre hicimos las cosas para ganar. Y, si hubiésemos tenido suerte en una de las tantas que tuvimos, nos llevábamos los tres puntos. Manejamos bien los tiempos y nos llevamos un gran punto. Que será más importante todavía si le ganamos a Independiente en la próxima. No festejé el gol por respeto, pero en la tribuna estaba mi mamá y por eso fui a dedicárselo. Mi viejo no fue porque estaba preparando el fuego para el asadito”.