"Faltando 50 metros pensé que no me la sacaba nadie. Pero Páez me sorprendió. Salió de atrás, venía muy embalado y no me dio tiempo a nada. Me ganó bien". Mauro Richeze es un ciclista profesional, miembro de una familia exitosa en el ciclismo, quien viene de militar en Europa y se prepara para desembarcar en Estados Unidos. Y su sinceridad, como la humildad de los grandes para reconocer las derrotas, pintó la conquista de Javier Páez. El Nene, en una nueva travesura de embalador, se despachó con un sprint espectacular para vencer al talentoso bonaerense y quedarse con el Circuito Aniversario de Albardón, que se corrió ayer en ese departamento.

En una carrera corta, de trámite veloz y pocas emociones, ese embalaje pagó con creces lo que los albardoneros fueron a ver. Cuando parecía que Richeze tenía la carrera en el bolsillo, apareció el pragmatismo del ex campeón sanjuanino, quien supo levantarse en el momento justo y sacar esa leve ventaja que en los vertiginosos y peligrosos embalajes significa ganar o ceder el triunfo.

La competencia, que fue de transición entre el Giro del Sol de la semana pasada y la Doble Calingasta de la próxima, arrancó con un ritmo veloz y a más de 46 km/h de promedio. Y fue desde el primero de los nueve giros al circuito, que un grupo de 15 ciclistas se desprendió del pelotón e hizo su propia carrera.

El filtro de la carrera dejó a cuatro de esos fugados en el camino y los 11 sobrevivientes siguieron al frente en los giros restantes. Y como entre ellos se contaban varias de las figuras de los distintos equipos, el resto del pelotón se limitó a ser un conformista grupo perseguidor que llegó a meta a más de tres minutos de la vanguardia.

Entre los escapados se generaron a su vez varias fugas que no prosperaron. Así, los 11 ciclistas llegaron a la última vuelta juntos y listos para el embalaje. Entonces, en los 100 metros finales se levantó bien Richeze, hermano de Roberto y de Maximiliano (quien ya ostenta cinco victorias y 14 top ten en el Giro de Italia) junto a Daniel Zamora, en la calle Arenales. Pero detrás, agazapado, estaba el Nene Páez esperando su momento. Aprovechó su picardía y a metros del final, con más velocidad punta, pasó al frente y se anotó una victoria más en su trayectoria.