La Hosta, (Hosta fortunei), es una planta perenne de poca altura (5 a 10 cm). Lo que más agrada son sus diferentes colores de hojas, pueden ser de color verde, amarillo blanco o azul, aunque también se dan variedades abigarradas en los bordes o en el centro. Se cultiva a la sombra o semi sombra. Presentan unas flores con forma tubular o de trompeta, que pueden ser de color blanco, lavanda, azul o púrpura. Se destaca además, por su rusticidad o de fácil cultivo. Se las utiliza como cubresuelos o bien en macetas para interior. Requieren de un suelo húmedo, bien drenado y rico en materia orgánica. Es importante que estén plantadas al abrigo del viento, ya que los vientos secos o zonda pueden provocar que las hojas se vuelvan de color marrón o que se sequen. Si deseamos hostas con aspecto vigoroso y que crezca en abundancia tendremos que regarla asiduamente y colocar abundante materia orgánica. Se multiplican por división de la mata que se realiza una vez finalizado el florecimiento y cuando el calor no es excesivo.
