Los organizadores de los JJOO han decidido que ni participantes, ni espectadores pueden utilizar puntos de acceso wifi, denominados hotspots, que no sean los oficiales.
Esta prohibición abarca también el tethering, es decir compartir la conexión a internet del móvil con otras personas u otros dispositivos como tablets y notebooks. Para dar cumplimiento a su norma, han creado una especie de "policía del wifi" que recorre los estadios y las dependencias donde se hospedan los atletas, con equipos capaces de detectar los hotspots no oficiales, y haciéndolos desconectar.
El motivo, según opinan diversas fuentes, se debe a que BT, una de las mayores empresas de comunicaciones del Reino Unido, habría instalado varios puntos de acceso de pago a internet, y estas prácticas les estarían arruinando el negocio.
