Sobrevivió al terremoto de 1944, pero en la reconstrucción expropiaron una parte de la gran casona, que avanzaba hasta el boulevard de lo que hoy es avenida Libertador. Más chica, pero igual de imponente, la gran casa de Libertador y General Acha vio crecer a la ciudad desde su punto privilegiado. Sin embargo, no resistió el crecimiento y el avance comercial del centro, y la tradicional esquina cambió para siempre: la vivienda está siendo demolida y pronto comenzará la construcción de un salón comercial de dos plantas.
Esta era la última casona que quedaba en pie en una esquina de avenida Libertador, en el tramo que va de avenida Rioja a Mendoza, en pleno microcentro. Las otras 15 esquinas están ocupadas por comercios o empresas desde hace años.
Por fuera, la casa mostraba sus paredes verde claro y un hall con una pequeña reja, sobre General Acha. Tras la pared divisoria de avenida Libertador estaba la cochera, que luego se transformó en un kiosco. De todo eso, hoy apenas queda una columna de hierros retorcidos en la ochava, que dejaban al descubierto las gruesas paredes de ladrillo. "Era una casa de dos plantas, muy grande, de unos 400 metros cuadrados cubiertos. Arriba había 4 habitaciones y dos baños; abajo, un living comedor, la cocina, 5 habitaciones y tres baños. Tenía cerramientos de cedro y algunas ventanas hasta conservaban las cortinas", dijo Julio Bustos, quien junto a Abel Sanguedolce trabaja desde hace cuatro meses en la demolición. Además, la vivienda contaba con un subsuelo, donde estaba la caldera que generaba la calefacción de toda la vivienda y que es una de los últimas cosas que sacarán.
Creen que en dos semanas terminarán los trabajos de demolición y de despeje de escombros. Luego comenzará la construcción del salón comercial, que será para alquilar. "Compramos la casa hace tres años, porque estaba en venta. Era de un matrimonio de señores mayores, que vivían solos. Todo este tiempo, la casa estuvo abandonada porque no teníamos fondos para demolerla. Si bien tuvimos varias ofertas, incluso para hacer un local con fachada moderna, decidimos levantar un salón comercial de dos plantas, de estilo sobrio y conservador, con grandes vidrieras, bien al estilo del microcentro", contó Viviana López, la propietaria.
Y es que una vez que se enteraron que López había adquirido el codiciado punto, recibió propuestas varias, incluso de una constructora que le ofrecía hacer un edificio con departamentos y un salón comercial en planta baja. "Pero eran cosas que no nos convencían, así que nos mantuvimos con la idea original. Si bien depende del dinero, con viento a favor quizá para mediados del año que viene ya esté listo el salón", agregó López.
En tanto, como si fuera una resistencia de la casa a quedar en el olvido, algunas de sus partes seguirán en otros lados. "El señor que está demoliendo trató de recuperar lo que pudo y logró revender los ladrillos. Y en el salón que vamos a construir, las puertas placas que sacamos de las habitaciones las vamos a usar en los baños, por lo que de alguna manera, parte de la casa va a seguir en la esquina por muchos años más", contó Viviana.
