Abrir las puertas de un Instituto de Danzas Clásicas
en 1955 en San Juan, sin duda era un acto
audaz e innovador para la época. Así sería. No
sólo porque el Pavlova fue el primero en su tipo
en la provincia sino porque venía de la mano de
Nebita Alladio quien marcó un camino en la
danza y formó a las primeras profesoras que
luego abrirían sus propios institutos. Este 9 de
octubre sus herederas celebrarán en el Teatro
Sarmiento a las 21,30, los 60 años con una función
homenaje a quien fuera su fundadora. Se verán
obras clásicas como Paquita, New York, Murciélago,
Rapsodia en Azul en la primera parte, mientras
que la segunda será destinada al jazz en una
obra que narrará la evolución de la tecnología en
este más de medio siglo.
Para poder cumplir el sueño de su vida, Nebita
estudió con la reconocida bailarina mendocina,
Elina Molina Estrella, además de muchos cursos
de perfeccionamiento que le permitieron abrir el
Instituto Pavlova, con el pleno apoyo de su madre
Mafalda Tamborini y, sobre todo, de su padre
Luis Rogelio Alladio de quien además aprendió
zapateo americano. Un amante de la danza, el
arte y la cultura, a pesar de que su vida profesional
estuvo dedicada de lleno a la bioquímica.
El fue quien alentó a su hija a recorrer este camino
que no sería fácil porque en los comienzos
sólo tuvo una decena de alumnas ya que los padres
de la época no tenían incorporada la modalidad.
En sus comienzos dio clases en el entonces foyer
del Salón Cultural Sarmiento (ahora Teatro Sarmiento),
luego -y durante muchos años en un salón
de calle Mendoza-, hasta el año 2002 fecha en
la que se trasladaron a calle San Luis 247 (O),
donde cuentan con amplias instalaciones para albergar
tanto al "Estudio Pavlova", como al "Instituto
Superior" en el que se dictan las carreras
de Teatro y Danza/Expresión corporal, a cargo
de sus hijas Beatriz y Mariela González Alladio,
quienes siguieron sus pasos desde muy pequeñas.
Indudablemente supo sembrar su amor por la
danza en toda la familia porque también su hijo
Carlos, el único varón e ingeniero de profesión,
aportó lo suyo. El es bailarín de folclore y no sólo
dictó clases sino que también formó el Ballet Folclórico
del Instituto, es padre de cuatro hijos, de
los cuales uno es Guillermo González ya consagrado
en el Ballet Argentino y de Agostina (profesora
de danza). Su esposa Mónica también es
bailarina.
Julieta y Valentina, hijas de Beatriz, son profes y
actuales docentes del Pavlova, al igual que Manuela,
hija de Mariela. En definitiva una familia
dedicada a continuar con los pasos de Nebita.
Carlos González Maceyra, su esposo y compañero
de vida, fue otro pilar fundamental para su
desarrollo.
Entre las primeras egresadas del Pavlova figura
Eda Bustamante, Nury Pérez Olivera, María
Cristina Hidalgo (en Mendoza), y muchas otras.
Nebita llegó a formar cuatro ballets en la provincia
-el de Cámara, el Pavlova, el folclórico y el
San Juan-, fue profesora también de Juan Carlos
Abraham, Violeta Pérez Lobos, Cecilia López,
Alejandra Lloveras y Celina Castro, entre otros
ex alumnos. Esto sin contar logros como el de haber
recibido un reconocimiento a nivel nacional
por la "Mayor Trayectoria en Danza Clásica de la
Argentina", y haber ganado numerosos premios
a nivel nacional e internacional.
En 1965 se despidió del escenario con La muerte
del cisne para dedicarse más a la docencia y a la
coreografía, disciplina que le dio muchas satisfacciones.
Evolución
Siempre fiel a sus convicciones, Nebita quiso tener
un instituto en el que se privilegió no sólo la
enseñanza sino también todo aquello que le permitiera
a sus alumnas contar con un aval para su
formación docente. Así fue que antes de que surgiera
la ley de Educación Privada en San Juan,
ella tomó contacto con la Federación Francesa de
la Danza, particularmente con la delegada de
aquel momento, Olga Kirowa, para que sus alumnas
pudieran recibir el título certificado a través
de esta institución, y años más tarde llegarían las
certificaciones locales y nacionales de acuerdo
con la legislación vigente.
A la par fue cosechando premios al punto que con
sus ballets no sólo recorrió parte de la Argentina,
sino también Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil,
entre otros.
Sus hijas las recuerdan como "una mujer única,
muy innovadora y visionaria", y de hecho ellas
continúan su obra al frente del Estudio y del Instituto
Superior, donde incorporaron la carrera de
Teatro que no existía en San Juan.
Si bien la danza clásica siempre fue el fuerte,
también el jazz cuenta con un espacio de privilegio
en quienes estudian allí, como así también
el folclore. El surgimiento de nuevos espacios los
llevó a seguir incorporando estilos como el modern
jazz y el contemporáneo, siempre bajo el
concepto de una fuerte capacitación de su cuerpo
docente.
Sus hijas y actuales directoras del Pavlova esperan
la declaración de interés provincial por parte
de la Secretaria de Cultura de San Juan para que
el festejo de los 60 años del primer Instituto de
Danzas Clásicas de la provincia y Homenaje a su
fundadora Nebita Alladio, sea completo.
