Qué lejos ya quedó ese arranque en falso ante Maipú. Más lejos aún las deudas, los retrasos, esa incertidumbre institucional que tanto azotó este comienzo del 2016 para Atlético Unión. Todo eso quedó atrás. Atrás y bien sepultado porque con un gol de Pablo Palacios Alvarenga, el Azul logró el triunfo que necesitaba para meterse en la Segunda Fase del Torneo Federal A y por qué no darse el lujo de soñar despierto y con argumentos en subir a la B Nacional y jugar en esa categoría en el segundo semestre.

El triunfo de Unión se justificó y se cuajó en el primer tiempo del partido jugado en cancha de Trinidad porque fue en esos primeros 45‘ donde hizo más y mejor las cosas que el gran plantel que es Belgrano de San Francisco. Se lo llevó por delante con el atrevimiento de Pedrito Terrero jugando de punta, como mejor lo siente, más la potencia del paraguayo Palacios Alvarenga para complicar a los centrales. Agregándole además la dupla veloz por derecha entre Olivari y Jofré que abrieron el camino para que Unión fuera mucho más que el Verde de San Francisco. Antes de los 2’ la tuvo Palacios pero su media vuelta se fue por encima del travesaño.

Luego siguió insistiendo hasta que a los 32’ de esa primera parte, guapeó ante el central y sus dudas, primereó al arquero cordobés y puso el 1-0 que luego sería decisivo y clasificatorio. Belgrano no fue nada de lo que puede ser en ese primer tiempo. Ni Francia, ni Aróstegui pudieron hacer sentir su categoría. Unión había sido mucho más y con un gol lo había justificado.

En el complemento, el técnico Sialle decidió cambiar. Reacomodó el equipo, lo cambió de lado a López Macri y empezó a generarle problemas a un Unión que ya no tenía la misma solidez para sostener y llevar el ritmo del partido y poco a poco fue entrando en la propuesta cordobesa que lo llevó al arco de Maino con pelotazos que el arquero sanjuanino resolvió con enorme categoría.
Pero claro, con Belgrano arriesgando más, aparecieron espacios y en Unión faltó esa precisión como para definir todo.

Palacios Alvarenga la tuvo dos veces y luego, el ingresado Raúl Quiroga también pero claro para este Azul si no hay sufrimiento, no sirve entonces llegó la hora de poner, de aguantar. De ir al piso y con los dientes apretados para cerrarle los caminos a un Belgrano que agotó todo lo que le quedaba en el banco de los suplentes tras ese empate que nunca llegaría. Unión se fue haciendo cada vez más solidario.

Todos pusieron, todos corrieron. Todos dejaron todo porque era la noche de la clasificación. Esa noche que dejó atrás momentos demasiados malos que en algún instante generaron una crisis sin medida.