La Policía de San Juan y el Servicio Penitenciario Provincial empezarán a utilizar modernas armas, denominadas no letales ya que no son de fuego sino de aire comprimido, para neutralizar los disturbios que se generen en eventos masivos (como los deportivos) y los motines en el Penal de Chimbas. Se trata de rifles lanzadores de proyectiles de pintura, de talco y gas pimienta que sirven para identificar y dejar fuera de combate a los principales implicados en un conflicto y, a la vez, causar menos lesiones que con los perdigones de goma de las escopetas itakas que se utilizan actualmente. El sistema es innovador porque, además, permite ejecutar mayor cantidad de disparos y las municiones son mucho más económicas. Entre las fuerzas que cuentan con estas armas se encuentran la Policía Metropolitana de Buenos Aires, la de Chubut y la de Catamarca, entre otras.

El ministro de Gobierno, Adrián Cuevas, aseguró que van a adquirir ese tipo de armas que son para disuasión y el secretario de Seguridad, Miguel González, destacó que la próxima semana se van a armar los presupuestos para que tengan el aval del gobernador José Luis Gioja y del propio ministro. Expertos en tácticas policiales explicaron que se necesitarían, al menos, entre 15 y 18 “lanzadoras” (valuadas en 5 mil pesos cada una) para los grupos de choque, como la Guardia de Infantería, el Cuerpo Especial de Vigilancia, y un mínimo de 10 para los penitenciarios en motines.

Ayer, en la Escuela de Policía, se pudo ver la primera demostración local sobre el uso del novedoso rifle. Se hizo aprovechando el acto que encabezó Gioja para poner en funcionamiento el polígono de tiro virtual. El simulador fue adquirido por la Universidad Católica de Cuyo, a través de un convenio con el Gobierno, para la capacitación de los aspirantes a policías y guardiacárceles y de aquellos que están en actividad (ver aparte).

Con la compra del innovador armamento, el objetivo es lograr una rápida y efectiva resolución de un disturbio y causar el menor daño posible a los que provoquen desmanes, explicó González. El subcomisario Antonio Montaña, profesor titular de la cátedra arma y tiro, señaló que los proyectiles, además del propio impacto, tienen sus funciones específicas. Los de pintura sirven para “marcar” a los revoltosos que están en la primera línea, mientras que una serie de disparos con munición de talco producen una cortina de humo que le permitirán avanzar a los uniformados sobre los agresores. En cuanto a los proyectiles de gas, neutralizarán a quien recibió el impacto y no se extenderá sobre el resto de las personas, como ocurre con las granadas de gas, explicó Montaña.