Los psicólogos apoyamos el proyecto de Ley de Salud Mental porque pensamos que propone un cambio de paradigma en salud mental al abordar a los pacientes sin perder de vista sus derechos y la necesidad de que su tratamiento se haga más cerca de la comunidad y no recluidos en un neuropsiquiátrico. La ley propone el cierre paulatino de los hospitales mentales monovalentes. Pero no un cierre de un día para el otro. Es tanto para el ámbito público como para el privado, es decir que las clínicas mentales también tendrían que replantear su perfil y sus características.
