Mucho era el interés que el Superintendente de Jáchal, Juan de Echegaray, tenía por agrupar en población a los habitantes de Valle Fértil. Había organizado con los caciques Vicente Puscama y Gaspar Managua, ampliar el estanque que le llamaban "tajamar” pero en 1760 falleció asumiendo en su cargo de Superintendente de Jáchal, Don Pedro Pablo de Quiroga. El litigio por la compra-venta de Las Tumanas originó serios problemas que aceleraron la fundación. En 1753 el Corregidor de Cuyo Eusebio de Lima y Meló recorrió el lugar donde se encontraba la capilla, trazando un mapa del lugar y explicando a las autoridades que "el lugar propuesto para fundar villa no era apto pues tenía solo dos cuadras de sur a norte y tres de este a oeste y dificultades para la provisión de agua. Además informaba que a 6 cuadras al este había suficiente terreno para
fundación pero carecían de agua”.
La Junta de Poblaciones de Chile, el 18 de abril de 1776 ordenó que se procediera a la fundación de una villa con el nombre del gobernador y un pueblo de indios en su inmediación, se llamaría "San Agustín de Jáuregui”. Para su ejecución envió a Don. Pedro P. de Quiroga y Don. Juan Clemente Lucero que se trasladaran a Valle Fértil, recorrieran y separaran las 318 cuadras de tierra de Las Tumanas y le entregaran a Villacorta (con el que tenía litigios judiciales) haciendo la mensura de fundación desde donde desemboca el río del valle, poniendo linderos firmes para evitar confusiones. Luego trazarían plaza en el lugar donde estaba la iglesia, cementerio y casa del cura, del otro lado de la plaza dos solares para cabildo y cárcel. En el otro lado de la plaza situaría el pueblo de indios entregando solares al cacique y dejando documentación de lo actuado.
Pero esta orden no se cumplió por la oposición de los naturales y en 1777 se creó el Virreinato del Río de la Plata, dejando la región de Cuyo de pertenecer a Chile y corresponder a la región llamada Córdoba del Tucumán. Recién el 04 de abril de 1788, el Capitán Pedro de Quiroga, por orden del gobernador intendente de Córdoba, marqués Rafael de Sobremonte ordenó que hiciera efectiva la fundación en el mismo lugar y ratificando todo lo ordenado anteriormente por la Capitanía de Chile, surge así la Villa San Agustín de Jáuregui. En la capilla de la virgen del Rosario (a la que llamaban La Patroncita) se celebró la misa por la libertad en 1810, según nos cuenta el historiador Horacio Videla, pero la tecnología traída por los españoles motivó la instalación del primer molino de viento, al este de la villa, donde se construyó una nueva capilla en honor a la virgen del Rosario. Durante las primeras décadas del 1800, los españoles se ubicaron a su alrededor, trazando plaza, cabildo y cárcel según las leyes indianas. Esta es la actual villa cabecera.
Los indios poco a poco se fueron mestizando extinguiéndose como en la mayoría de los pueblos. En el lugar de fundación se construyó la parte oeste del Dique lateral otorgándosele a La Patroncita lugar en las cercanías, primero fue sólo una gruta, luego un modesto oratorio hasta que en 1974 se inauguró la actual capilla muestra de la fe cristiana de un pueblo que reconoce su pasado aborigen-español.
(*) Historiadora – Docente jubilada.
