Se aproxima la Fiesta del Sol, un acontecimiento que nos pertenece a todos los sanjuaninos que habitamos este suelo, y por el solo hecho de pertenecer deberíamos sentirla en cada corazón. Es una fiesta popular y representativa de toda la cultura, la idiosincrasia, una expresión artística y también de los bienes que poseemos.

Esto es lo que nos debe movilizar y aprovecharlo para que todo el país y en el exterior nos conozcan mejor, y en base a ese conocimiento San Juan tenga más proyección y mejores relaciones con los mercados, para movilizar los recursos y la economía en general.

Hoy la tecnología nos pone en nuestras manos la información y el conocimiento, bases para una buena comunicación. Nuestra fiesta ya es tapa todos los diarios del país y en la Web. La fiesta va adquiriendo por el impulso y la acción oficial, el apoyo de todas las expresiones culturales y artísticas, así se va gestando de a poco su fisonomía y su estilo. Esta realización que debe sintetizar a San Juan y su gente. Manifestaciones que están en numerosas piezas musicales, poesías, cantos y una cultura general que nos han dejado una riqueza incalculable. Es lo que nos han dejado nuestros antepasados, lo que nosotros hemos creado y lo que anhelamos para el futuro. Son hechos a los cuales se debe responder con altruismo, generosidad y participación. Sentirla en nuestro ser y esperarla con ansiedad. Sólo por el hecho de que te pregunten ¿de dónde sos?, ya te identifican; llevas un sello. Así empieza esta historia que se gesta primero en la familia, luego llegó a la unión vecinal, para luego pasar a la municipalidad y por último formar parte de la gran familia que es San Juan. Es un largo camino que se trabaja apenas finaliza la fiesta. Lleva horas, gente y esfuerzo. Una valorización a pequeña escala pero que vale la pena vivirla y sentirla.

Mucho se habla de la búsqueda de nuestra identidad cultural, que es importantísimo. Pero para lograrla, debemos comprometernos con nuestra tierra, defender lo propio, apoyar las iniciativas que nos unan como habitantes y por último vivirla y disfrutarla.

Año a año los responsables se esmeran en mejorarla y subsanar errores anteriores, esta bien, así debe ser. Las críticas deben ser constructivas siempre mirando esta ciudad como la nuestra. Así el aporte llegará y dará sus frutos y podremos estar bien representados dentro y fuera de casa. Las competencias y comparaciones no llegan a buen puerto, allí el ser humano desgasta energía y no logra buenos resultados. Solo se necesita observación, aporte de buenas ideas y pasión por lo que cada uno hace. Así resaltarán las riquezas propias, podremos defender y mostrar nuestro arte y conocimientos para que el pasado sea un orgullo y lograremos lo que tanto anhelamos: “defender el sol, nuestras costumbres y tradiciones”. Las riquezas agroindustrial, minería, los recursos renovables; es mucho y seguro que algo se me queda por mencionar. Cada pueblo tiene lo suyo, el éxito está en saber mostrarlo. Así lograremos encontrar esa famosa identidad cultural, la propia representación y distinción frente a los demás. Todas las otras presentaciones que nos acompañen durante los cinco días son un accesorio de lo más maravillosos que tenemos: Nuestro San Juan querido. Es hora que aprendamos a fijarnos en lo nuestro para resaltarlo. Ahora solo resta apoyar, vivir y disfrutar en familia los hermosos cinco días ya preparados y que además llevan un sello histórico fuerte “el Bicentenario”.