Llegó puntual. Antes de las 10 de la mañana, Jorge Vázquez pisó por última vez el estadio de Sportivo Desamparados para terminar de despedirse en este trunco final de su ciclo que duró dos meses y medio. Increíblemente, llegó custodiado por dos efectivos de la Policía de San Juan. Entró, dijo poco. Esperó. Cruzó llamados telefónicos con el secretario Miguel Jofré y después de casi 40 minutos de espera, se zambulló en los vestuarios para el final. No fueron más de 20 minutos de charla, después el Gallego habló y ahí, dijo mucho: “La primera sensación es la del dolor. Estoy dolido por cómo se desdibujó todo pero absolutamente tranquilo con mi conciencia. No le mentí a nadie, no le falté el respeto a nadie y eso, la dignidad, para mí es vital como modo de vida”, abrió.

Los detalles de la rescisión no se pudieron conocer porque no están: “Recién llegó la carta documento que interrumpe mi contrato. Ahora, empezará la negociación. Cuando fueron a pedirme que deje el cargo, la propuesta de los dirigentes fue nula en ese sentido. No tenían nada para empezar a negociar. Mi voluntad no es llegar a un conflicto judicial ni mucho menos pero tenía contrato hasta mayo de 2010 y pretendo que se respete”, contó Vázquez.

Llegó la hora del repaso, del balance del ciclo futbolístico y el entrenador mostró otra vez sus convicciones: “Hubo un antes y un después de mi decisión de desafectar a Molina. Como que a partir de ahí se cuestionó todo lo que hacía pero lo acepté porque son las reglas del juego. En lo futbolístico, estrictamente, al haber cambiado una base casi completa y al darle continuidad a los chicos del club, el proceso necesitaba tiempo. Nada más que eso. No nos ayudaron los resultados pero sigo repitiendo que se podía. Es más, si tuviera que volver atrás haría las mismas cosas que hice. No me arrepiento de nada”.

El triste final, el despiadado reclamo de los hinchas que lo escupieron en la cara en la noche contra Alumni, también tuvo su espacio en la despedida de Vázquez: “Nunca imaginé vivir una cosa así. Este club despierta pasiones pero su gente tiene que entender que lo que hagan debe hacerse con seriedad porque sino cuando las cosas se complican, las paga cualquiera”.