Venezuela volvió a romper relaciones con Colombia por considerar un "agravio" las denuncias sobre la presencia de jefes guerrilleros colombianos en territorio venezolano. Con esto comienza otro capítulo del largo conflicto entre el mayor aliado de EEUU en la región y su principal detractor, gobernado por el venezolano Hugo Chávez.

El presidente de Venezuela rechazó lo que calificó de "nueva agresión" contra su país por parte del Gobierno del presidente saliente de Colombia, Álvaro Uribe, a quien acusó de ser "guerrerista", de cumplir con "los mandatos de la derecha yanqui" y de convertirse en una "amenaza a la paz" en la región.

"Venezuela rompe a partir de este momento todas las relaciones con Colombia. Vienen días muy peligrosos y he ordenado la máxima alerta en la frontera", declaró Chávez a las puertas del palacio presidencial, acompañado por el astro del fútbol Diego Armando Maradona.

Este anuncio surgió luego de que Colombia pidiera a la Organización de Estados Americanos (OEA) enviar una misión internacional a corroborar la existencia de supuestos campamentos en territorio venezolano, donde rebeldes izquierdistas de Colombia se refugiarían. En respuesta de esto Chávez dijo: "yo alerto a la comunidad internacional que nosotros no aceptaremos ningún tipo de agresión ni de violaciones a nuestra soberanía, a una guerra con Colombia habría que ir llorando pero habría que ir", y agregó que Uribe es "capaz incluso de mandar a montar un campamento falso en Venezuela para bombardearlo y provocar una guerra" entre Venezuela y Colombia, que comparten una amplia y activa frontera de 2.219 kilómetros.

La pelea entre estas naciones vecinas, no es nueva, ya que las tensiones bilaterales aumentaron en el último año con la firma del acuerdo militar por el que fuerzas estadounidenses pueden utilizar al menos siete bases colombianas en el marco del combate al narcotráfico y el terrorismo. Dicho acuerdo es calificado por Chávez como una "amenaza" a la "revolución" bolivariana y socialista que dirige. La congelación de los nexos bilaterales desde 2009 ha impactado especialmente al sector comercial, que llegó a registrar un intercambio cercano a los 6.000 millones de dólares en 2008.

Pese a todo, Chávez dejó abierta la posibilidad de que haya una mejora en los lazos con el nuevo Gobierno de Colombia, que asumirá el próximo 7 de agosto, y como respuesta a esto el vicepresidente electo Angelino Garzón, indicó que el nuevo gobierno que presidirá Juan Manuel Santos, buscará "todos" los mecanismos para mejorar la relación con los países de la región, "incluyendo Venezuela".

Por su lado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el secretario general de la Unasur, Néstor Kirchner, le expresaron vía telefónica su "preocupación por el conflicto bilateral", dijo Chávez. El mandatario venezolano ordenó el cierre inmediato de su sede diplomática en Bogotá y dio un ultimátum de 72 horas a los representantes colombianos en su país para que crucen la frontera y cierren la puerta de la embajada.