Una familia pasó ayer en la mañana del festejo por una boda a la angustia, y casi a la tragedia, como consecuencia del accidentado regreso a casa del padre de la novia que estrelló su auto contra un árbol y volcó de forma espectacular en una calle de Angaco. ‘Tuvo un Dios aparte’, aseguró una de sus hijas, ya que el hombre sólo sufrió unos cortes y golpes leves mientras que su coche quedó destruido.
El protagonista del tremendo accidente fue Eduardo Martín Clavero (50), un obrero rural que venía de festejar el casamiento de su hija mayor Adriana. Sus familiares y la Policía comentaron que no estaba alcoholizado, en realidad estaba muy cansado porque se había amanecido limpiando y retirando las cosas del salón de la Unión Vecinal de Angaco, donde tuvo lugar fiesta entre el sábado a la noche y domingo a la madrugada.
De hecho, eran las 10 de la mañana de ayer cuando Clavero llevaba algunas cajas con botellas de vino y comida en su Fiat Duna con destino a su casa en el B° Perón, en el distrito Las Tapias de ese departamento. El accidente lo tuvo en el momento en que transitaba por calle Nacional, entre Velázquez y El Bosque. ‘Se tiene que haber dormido’, explicó su hija Claudia. Es que el auto conducido por Clavero perdió la dirección, salió al margen derecho de la calle y fue a dar de punta contra un gran eucalipto. Tras ese impacto, el auto volvió sobre el pavimento, se dio vuelta y terminó de costado del otro lado de la arteria.
‘Fue una desgracia con suerte. Mi papá tuvo un Dios aparte. Por cómo quedó el auto, podría haber muerto’, decía sorprendida Claudia mientras observaba los numerosos daños en el Duna. Las versiones indican que Eduardo Clavero salió del auto ayudado por otro automovilista, quien lo trasladó al Hospital de Angaco para que se atendiera. Lo increíble es que apenas sufrió cortes en la frente y golpes en distintas partes del cuerpo, pero ninguno de gravedad, confirmó su familia. Anoche, el hombre ya estaba en su casa después del susto.
