La elección de las cortinas dependerá del efecto que se le quiera imprimir al ambiente. Tan sólo es necesario elegir la mejor opción para cada estancia y tipo de decoración.

Las cortinas venecianas, los estores o los clásicos visillos son alternativas válidas para tener en cuenta. El estilo de la cortina lo da el género, por lo que no es lo mismo una cortina para un ambiente formal o para una habitación juvenil.

Las cortinas venecianas son aquellas formadas por pestañas, que permiten regular la luz exterior y controlar la visibilidad. Pueden ser de madera o aluminio.

Las de aluminio son la opción más económica. Proporcionan un ambiente más frío, por lo que encajan perfectamente en despachos e incluso en habitaciones juveniles. El precio varía de acuerdo al acabado y el ancho de las pestañas.

Las de madera son más caras. Son cortinas mucho más pesadas y por lo tanto tienen el inconveniente que no se pueda cubrir superficies mayores a 4 m2. Aunque encajan hasta en las decoraciones más clásicas.

Los estores son cortinas muy sencillas que se adaptan a todos los ambientes. Es la solución perfecta para las habitaciones pequeñas. Su colocación también es muy sencilla, sólo es necesario que haya un espacio de 20 a 25 cm. entre el marco superior de la ventana y el techo para poder abrir plegar totalmente la tela y poder abrir la ventana.

Al ser plegables es ideal para habitaciones juveniles aunque también hay modelos enrollables, que se pliegan en forma de rulo y se pueden anudar con un lazo decorativo. Queda muy bien con un tejido de hilo transparente que deje pasar bien la luz.

Los tradicionales visillos están reservados para la decoración más tradicional. La tela por excelencia es la etamina o algodón liviano ya que deja pasar la luz a la vez que resulta discreta. Se confeccionan con tablas o pliegues que le proporcionan más cuerpo al visillo.

Fuente: Construir y decorar