El inicio del verano da un respiro a las actividades escolares y al ajetreo familiar, pero comienza otra etapa no menos complicada al momento de elegir la pileta a la que pueden ir los chicos para alimentar el ocio, las comidas que ingieren, los cuidados del sol, los piojitos, los hongos en la piel, entre otros condimentos propias de la época. Claro que todo esto puede ser evitado teniendo en cuenta algunos aspectos sanitarios y protección adecuada para evitar momentos desagradables.
En lo que concierne al Estado provincial, desde el Ministerio de Salud Pública ya comenzaron los controles en las piletas habilitadas tanto del sector público como privado para uso público. Desde allí sugieren que todas las personas corroboren la habilitación que debe estar expuesta en lugar visible, que existan las duchas previas al ingreso al agua, y sobre todo, la presencia de un médico que se encarga de la revisación para corroborar la salud de cada persona antes de ingresar a la pileta.
A esto se suma la presencia obligatoria de un guardavidas, o más, según la capacidad del natatorio; la demarcación de los niveles de profundidad y el cercado perimetral de la piscina.
A la fecha, el área de Saneamiento de Salud Pública autorizó la apertura de 30 piletas de un total de 64 que suelen habilitarse por año. "Para obtener la habilitación deben contar con varios requisitos, entre ellos presentar certificados médicos de las personas que trabajen en el lugar, comprobante de contrato de emergencias médicas, certificado de instalación eléctrica emitido por el municipio, certificado de planeamiento, contrato de guardavidas con curso habilitante, teléfono fijo, baños en condiciones para hombres y mujeres. También deben declarar donde derramarán el agua cuando la pileta se limpia, entre otros", explica Federico Ozollo de Saneamiento.
Una vez habilitadas, un grupo de inspectores se encarga de controlar si el agua utilizada cuenta con la cantidad de cloro exigida, si efectivamente hay un médico en el horario de actividad, y de cada uno de los requisitos que indica la ley.
Si una persona detecta que un balneario, pileta o colonia no cuenta con este tipo de exigencias, puede dirigirse a un Juzgado de Faltas para registrar la denuncia, o bien, llamar al 4-305550 de Salud pública para hacerlo. Este detalle no es menor si se toma conciencia de la necesidad del cumplimiento de cada uno de los requisitos para salvaguardar a las personas que hacen uso de estos servicios, pero sobre todo a los más pequeños.
Prevenir enfermedades
Los especialistas siempre coinciden en que no hay nada mejor que la prevención de las enfermedades, en este caso del verano. Los dos pilares fundamentales para pasar el calor sin sobresaltos es el control de la pediculosis, tanto en el hogar como en el ingreso a las piletas, y de las enfermedades micóticas. "Del mismo modo, hay que corroborar que los chicos
tomen agua segura en las colonias o piletas. Si los responsables del lugar no están seguros lo ideal es que agreguen dos gotas de lavandina por litro de agua. Otro de los factores de riesgo es el sol por lo que los menores de un año deben usar pantalla solar total y a partir de esa edad protectores de marcas reconocidas que son los que cumplen con los requisitos para el cuidado de la piel. Evitar la exposición al sol entre las 11,30 y las 16,30, como así también el uso de gorras o sombreros para evitar las insolaciones. No hay que olvidar que aun en la sombra el sol quema", indica el doctor Francisco Noguera, médico pediatra del departamento Materno infancia de Salud Pública.
El uso de tapones en oídos y de antiparras también forman parte de los cuidados sobre todo para evitar el contacto o ingreso de agua que puede causar afecciones severas.
Para el secado de los oídos no se aconseja el uso de hisopos o cotonetes porque pueden dañar la membrana auditiva, por el contrario se debe hacer con toalla o inclinando la cabeza para que salga el agua restante. A lo sumo se puede incorporar dos gotas de alcohol baricado.
Las comidas en esta época del año también pueden ser de riesgo si no se cumplen con algunos requisitos fundamentales como es el lavado de las verduras, la cocción de la carne -sobre todo si es molida para hacer hamburguesas-, por ejemplo, y que las personas encargadas de su elaboración siempre estén con las manos extremadamente limpias al momento de manipular los alimentos. De este modo se evitarán trastornos gastrointestinales que en algunos casos pueden ser serios (Ver recuadro).
También la ingesta de jugos de frutas que no han conservado el frío y han iniciado un proceso de fermentación pueden generar diarreas o vómitos con la consiguiente deshidratación.
