Promover la huerta orgánica como eje principal en la alimentación humana, aunque parezca poco probable en un mundo tan moderno, todavía es posible recurrir a desempolvar viejas técnicas de producción de alimentos. Productos que hoy denominamos orgánicos, y que en la actualidad se producen utilizando los mismos métodos que se usaban antiguamente (cuando no existían los químicos), métodos estos, que mejorados y combinados con el conocimiento actual, pueden hacer viable la producción a gran escala de alimentos orgánicos para alimentación, tanto en ámbitos rurales como en urbanos y semiurbanos, dándole verdadera importancia a la calidad del alimento diario. Cabe recordar que los beneficios de los vegetales en la dieta humana están ampliamente reconocidos en el ambiente científico y médico a nivel mundial, y que la OMS (Organización Mundial de la Salud), también recomiendan la alimentación con vegetales orgánicos como muy saludable y preventiva en muchas enfermedades.
El principal desafío que deben enfrentar las plantas en macetas es la competencia por agua, espacio y nutrientes, de manera que deberemos poner especial cuidado en la preparación de la tierra. Con buen sol y buena tierra podemos consumir hortalizas recién cosechadas todo el año. Las hortalizas necesitan pleno sol para crecer y desarrollarse bien, siendo el ideal el que reciben entre las 10hs. y las 16hs. Este factor es el más limitante. Lugares sombríos no son recomendables, ya que las plantas se debilitan, crecen menos y son más sensibles a las enfermedades.
Además del sol, un buen sustrato nos asegurará el éxito de nuestra huerta. Éste consiste en mezclar un 50% de tierra fértil de buena calidad, 25% de abono compuesto o humus de lombriz y 25% de perlita o arena gruesa.
Los contenedores más recomendables son los de fibrocemento, que son menos pesados que los de barro y los de cemento, y más resistentes. Sin embargo, no se descartan otros materiales: plástico, metal, fibra de vidrio, cerámica, barro y cemento. En macetas de 40cm de alto por 40cm de ancho podremos cultivar todo tipo de hortalizas, y dejaremos aquellas de menor tamaño para las verduras de bajo porte y desarrollo de raíces (ciboulette, perejil, lechuga, achicoria, rúcula). Con cinco o seis macetas obtendremos una buena cosecha en la época de cultivo.
Los cuidados
* Remover bien la tierra entre plantas con palita de mano e incorporar quincenalmente humus de lombriz o abono compuesto (4 cucharadas soperas por maceta).
* Hacer rotaciones, es decir, no repetir en la misma maceta la especie que acabamos de cosechar. De esta manera, cortamos el ciclo de las enfermedades y plagas.
* Desmalezar.
La cosecha
* Sembrando escalonadamente lograremos cosechar verduras durante todo el año y sin necesidad de guardarlas en la heladera.
* Se recomienda ir cortando las verduras de a poco. En el caso de las lechugas, cortar las hojas externas; en el caso de la acelga, radicheta y perejil se recomienda cortar con tijera a ras
* Un buen rendimiento va a depender de cómo cuidemos el suelo, la cantidad de sol que reciban las plantas y el corte que se haga de cada una.
Asociación y rotación
* Es ideal colocar distintas plantas en una maceta, para así aprovechar mejor la tierra y mezclar aromas para desorientar a los insectos plaga.
* Cuando terminemos un cultivo, colocar en su lugar plantas de distintas familia y forma. Por ejemplo, donde hubo lechuga, plantar zanahoria o rúcula.
* Las flores amarillas o anaranjadas -como copetes, caléndulas o margaritas- intercaladas con las hortalizas atraen innumerables insectos benéficos.
Secretos para hacer de tus macetas una huerta orgánica
Cómo armar la maceta Es fundamental que el recipiente esté perforado en la base, para permitir la pérdida del exceso de agua. Luego, colocar una capa de 2 o 5cm de leca (también puede ser piedra partida, macetas rotas, trozos de ladrillos, canto rodado) y completar con la mezcla preparada (tierra fértil, abono y perlita o arena), hasta 1cm antes del borde de la maceta. De esta manera, tendremos listo el contenedor para sembrar o trasplantar nuestras verduras.
Con semillas: Realizar el surco con la azada. Regar con chorro. Colocar las semillas en el surco. Rastrillar para tapar con tierra. Regar en forma de lluvia fina, sin encharcar.
Con plantines: Hacer el hoyo con el plantador. Colocar el plantín en el hoyo y tapar con tierra con la mano, apisonando con los dedos firmemente. Regar en forma de lluvia con flor fina.
Las mejores hortalizas
* Lechuga: Ocupa poco espacio y, según las variedades, se cultiva todo el año. Puede sembrarse en almácigo o directo en el lugar definitivo, para luego ralear. Necesita agua y suelos drenados. Al cosechar, puede cortarse la planta a ras del suelo o sacar las hojas externas.
* Acelga: Se cultiva todo el año. Se obtiene a partir de semilla en su lugar definitivo. Cuando salen las plantitas, ralear y dejar las que quedan a una distancia de 15cm entre sí. En el verano, regar a diario para que las hojas no se vuelvan duras. Se cosecha la planta entera, cortando a nivel del cuello.
* Tomate cherry: Se cultiva en la primavera y el verano. Si bien se inicia de semilla en almácigo, es aconsejable adquirir plantines de viveros. A pleno sol darán abundante flores y luego frutos. Para mantenerlos sanos, evitar plantarlos en rincones con poca circulación de aire.
* Perejil: Su aroma penetrante ahuyenta infinidad de insectos dañinos. Se siembra desde semilla, en tierra removida. Tarda casi un mes en germinar, a los dos meses tendremos plantitas que podrán cortarse desde la base y rebrotarán constantemente.
* Ciboulette: Es de rápido crecimiento. Se planta en tierra suelta y bien abonada. Necesita pleno sol y abundante riego en el verano.
* Radicheta: Es de rápido crecimiento y permite varios cortes durante el año. Sembrar en forma directa en primavera u otoño. Germina a los 10 días. Necesita abundante riego en el verano.
* Albahaca: Se siembra únicamente en la primavera para obtener plantines y trasplantarlos a la maceta al mes y medio. Necesita suelo abonado y drenado.
