“No hay una relación directa entre el estado emocional de cada trabajador y la producción. Hay empleados que atraviesan la enfermedad de algún hijo o el duelo por algún familiar y sin embargo, mientras desarrollan su turno, mas allá del estado afectivo normal que conllevan, esto no afecta en cuanto a la producción”, explicó Carlos Repeto, director médico de Barrick. Desde esta perspectiva y de acuerdo al profesional, el grupo de pares actúa como una importante malla de contención ante esta situación.
En cuanto al día en el que comienza a percibirse la caída emocional a partir de la permanencia en la mina, desde la empresa especificaron dos momentos: “Como días difíciles, se puede nombrar el primero, la llegada, el adaptarse de nuevo al sistema. Este estado varía según cada persona y es distinto en los trabajadores dependiendo de diversos motivos: como encontraron a sus familiares, lo que vivieron; sus proyectos, las metas a alcanzar”, detalló Repeto quien agregó “el décimo día también es difícil. Los trabajadores refieren este día como el más ansiógeno para ellos. Es en el que mas piensan que quieren bajar y lo que podrían hacer cuando lo efectúen. El estar cercano el final del roster y la posibilidad de pensar en otras situaciones mas allá de lo que hacen a diario, provoca una adrenalina mayor que los moviliza en ese momento”.
Si bien desde la empresa se aseguró no contar con un programa específico vinculado al desarraigo, sí está disponible un sistema de asistencia telefónica al empleado mediante un 0800. Se trata de un servicio gratuito de apoyo y consejería para ayudarles a resolver diversas preocupaciones personales, laborales o financieras. Está disponible las 24 horas y según estadísticas de 2012, durante este año las consultas de tipo psicológicas representaron el 13% del total, concentrada en dificultades y conflictos en la familia.
