Una imagen vale más que mil palabras, pero a contrapelo de esta conocida frase, las palabras fueron contundentes, cargadas de impotencia, de angustia pero también de esperanza. “Memoria, verdad y justicia… de ayer y hoy, para abrazar dolores y ver un poco más allá…”, fueron palabras que el viento no se las llevó y marcaron la consigna de una nueva edición del Festival 30.000 de la Memoria. Ayer, se llevó a cabo la apertura en la entrada del Teatro Municipal, mediante una performance denominada “Que vuelva la memoria en la palabra” de Rosita Yunes y Rubén González Mayo, actores que le pusieron voz a esas palabras tan significativas que escribió el poeta argentino Juan Gelman (recientemente fallecido). Subidos en un escenario en medio de la calle Mitre (frente a la Plaza 25) – hecho que interrumpió momentáneamente el tránsito vehicular- los teatreros rindieron un emotivo homenaje al autor y periodista creador de “Preguntas”, “Carta Abierta”, “Valer la pena”, “Salarios del impío”, “Dibaxu”, entre otras, mediante la representación dramática de sus versos. Después de la presentación, Yunez pidió un reconocimiento público por el escritor Ricardo Trombino: “Es un faro en el camino, ojalá haya justicia para que se lo reconozca por su compromiso social, su solidaridad y su ideología política. Porque los artistas también tenemos ideología”. Finalmente, el público ingresó a la sala del Municipal para presenciar Número 8, del elenco Organización Q, mientras que en El Avispero, se puso en escena -una hora después- Tiburcia… y otros cautiverios.
