Sobre la ruta nacional 40, en un tramo de la gran curva de Matagusanos, en Ullum, el cuadro estremeció a más de uno. Por el auto con los cristales rotos y la chapa deformada a un costado de la banquina. Por el hecho de saber que dio al menos cinco tumbos entre la banquina y el asfalto antes de quedar de costado. Por esa impresión, mucho más conmovedora, de ver zapatos de bebé, juguetes, paquetes con regalos, ropa y alimento para niños rodeando un bulto un poco mayor tendido en el asfalto: el cuerpo de una nena de 7 años cubierto por una manta.
Siloé se llamaba esa nena y era la mayor de los tres hijos de Luis Bustos e Iris Quinteros, un joven matrimonio que años atrás se fue de Capital a buscar suerte a Jáchal y allí se radicó con un comercio, una tienda de ropa que lleva el nombre de su hija fallecida.
Justamente de Jáchal venía ayer al mediodía la mujer con sus tres hijos (el menor estaba grave) en el auto Daewoo de la familia. Su marido había partido con amigos a andar en moto en las Sierras de El Tontal, límite de Zonda y Calingasta, aseguró una hermana de Bustos, Patricia.
Era un viaje como tantos otros porque prácticamente todos los fines de semana la familia viaja a visitar a sus parientes en la capital sanjuanina. Pero el de ayer era un viaje con un condimento especial: los regalos esparcidos tras el terrible vuelco eran por el cumpleaños de un sobrinito de Iris. El plan de la familia era participar de ese festejo y aprovechar el fin de semana largo, indicaron ayer sus familiares, quebrados por la tragedia.
¿Por qué volcaron? En la Seccional 18va de Albardón abrieron una investigación por presunto homicidio culposo con la intención de establecer qué pudo haber ocurrido.
La suposición más importante entre los pesquisas era que la mujer viajaba rápido y que alrededor de las 12, por alguna razón desconocida (error humano o falla mecánica) se fue hacia la banquina de su costado derecho apenas cruzó un badén, que intentó corregir el rumbo con un volantazo que la llevó a la otra banquina. Y que un nuevo volantazo para meterse en el asfalto la hizo dar al menos cinco tumbos hasta quedar de costado otra vez en la banquina de su derecha.
Para entonces los resultados eran lamentables. Siloé había salido despedida y por ella nada se pudo hacer. En cambio la propia Iris y sus pequeños Luis María (3) y José María (1) fueron trasladados hasta el Hospital Rawson por un médico que pasaba en camioneta, informaron ayer fuentes policiales.
‘Parece que se le reventó una rueda o algo pasó con la rueda y volcó, es lo único que te puedo decir, disculpame… estamos muy mal’, dijo ayer uno de los familiares en el Hospital Rawson, destruido por la pérdida.
