Que se iba, que no, que algún jugador debía abandonar el club, que a varios les falta actitud, que el ciclo de Bonetto estaba terminado por decisión del mismo entrenador. Dimes y diretes de una relación que se hizo tensa apenas terminó el partido ante Independiente Rivadavia con aquella renuncia ‘indeclinable‘ de Bonetto y que 24 horas después se esfumó cuando los dirigentes le dieron su total respaldo.
Una historia que parece tener fin por el momento, porque los resultados le sonríen, pero que es una bomba que en algún momento puede volver a detonarse cuando la derrotas aparezcan, o no. El viaje con triunfo sobre Quilmes sirvió para volver a la paz interior. Drocco manifestó que “éste es un equipo unido” y el entrenador que “con armonía todo es más fácil”. Dos frases que hoy, hacen pensar en un vestuario unido en todo sentido.
Por eso, en medio de la tensión y el descontento entre Del Cero y Bonetto, que finalizó con el defensor continuando en el club, pero sin tener lugar en el equipo.
En Desamparados todo parece estar en orden, pese a que seguramente alguna cara larga debe quedar porque eso siempre existirá. Por los pronto ayer la paz reinó en Quilmes.
