Buenos Aires 17 de mayo.- En una conferencia de prensa brindada en 1979, el dictador Jorge Rafael Videla, realizó una escalofriante definición de las personas que él mismo reconoció como "desaparecidas" y afirmó con absoluta perversidad que "no están ni muertos ni vivos, están desaparecidos".

El periodista José Ignacio López lo consultó a Videla por una mención que había realizado el domingo anterior en el Vaticano el papa Juan Pablo II respecto a los desaparecidos y detenidos sin proceso: "Le quiero preguntar ¿si usted le ha contestado al Papa y si hay alguna medida en estudio en el Gobierno sobre ese problema?", dijo el periodista.

"Respecto del Papa cuando habla de esa circunstancia habla al mundo no a la Argentina y habla ejerciendo más que un derecho una obligación", contestó el dictador. "No tiene otra cosa más que decir que hay que preservar la dignidad del hombre", agregó.

"Para defender la libertad y la dignidad del hombre la Argentina tuvo que enfrentar este tremendo problema de una guerra en la que pagó precio de sangre", aseguró en referencia a la "teoría de los dos demonios" que siempre argumentó para justificar el terrorismo de Estado. "Los argentinos no tenemos nada de qué avergonzarnos porque justamente eso ocurrió en defensa de los derechos humanos del pueblo argentino gravemente amenazado por el terrorismo", afirmó.

"Frente al desaparecido en tanto esté como tal, es una incógnita el desaparecido. Si el hombre apareciera tendría una tratamiento X, si la aparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento tiene un tratamiento Z, pero mientras sea desaparecido no puede tener un tratamiento especial es un desaparecido, no tiene entidad no está ni muerto ni vivo, está desaparecido, frente a eso no podemos hacer nada, atendemos al familiar", dijo en lo que sería a la postre una de las frases más tenebrosas dichas por quien lideró el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.