“Siempre es así. Ellas son las que deciden”, aseguró Hugo Castillo, con más de 50 años de experiencia y propietario de uno de los negocios de regionales ubicado cerca de la Casa de Sarmiento. El comentario despertó las sonrisas en un grupo de turistas porteños (hombres y mujeres) que elegían vinos y dulces característicos de la provincia para llevar de regalo a sus familias. “El dulce de alcayota es el más pedido, porque es típico de San Juan. Eso, sin contar que lo primero que buscan cuando entran son los vinos. Pero los dulces tienen sus fanáticos y cuando entra un grupo, seguro que se llevan uno. La decisión de compra siempre es de las mujeres, porque son las que se acuerdan con quién quieren quedar bien. Por eso, también son las que gastan más”, dijo Hugo sonriendo.

En su negocio, uno de los más tradicionales de la provincia, también se ofrecen prendas textiles de distinto tipo. “Este año -contó el comerciante- los tejidos anduvieron bien. Será porque justo cuando vino gente de afuera, hizo mucho frío y todos buscaban con qué abrigarse”.

Sin perder la sonrisa ni por un instante y mientras comentaba a un grupo de turistas puntanos que entraron al negocio sobre las bondades de las tabletas caseras, Sandra Castillo, otra comerciante del rubro, relató su experiencia. “Se vendió más con la gente que vino por la Copa América que por las vacaciones. Los chilenos te llenaban el local y buscaban cosas chicas. Me causaba mucha gracia que siempre estaban regateando el precio”, contó. Según la venta de los días pasados, Sandra -que tiene su negocio abierto todo el día- dijo que el promedio que gasta cada turista chileno es de entre 30 y 35 pesos. “Son muy cuidadosos con los productos que pueden llevar a su país, por el control aduanero. Por eso buscan regionales pequeños, de bajo precio”, señaló. Marcando la diferencia con los visitantes chilenos, Sandra relató cuáles eran los objetos preferidos de los uruguayos. “Se llevaron medias, guantes y gorras en lana de llama. Se ve que no están muy acostumbrados al frío que tuvimos en esos días”, explicó.

Llevando sus botellas de vino en la mano, un grupo de turistas se detuvo a tomar fotos en la Casa de Sarmiento. “Es imposible venir a San Juan y no llevarse un vino. Pero también llevamos dulces, de alcayota y membrillo, porque ya los probamos en el hotel y la verdad es que son muy ricos. Es que el sol acá le da otro sabor a las frutas con que los elaboran”, concluyó Zulema, de paseo con su familia de Santa Fe.