Armados, a cara descubierta, violentos y lo peor, dispuestos a todo para conseguir lo que buscaban. Así actuaron tres delincuentes cuando sorprendieron ayer en la siesta a un contratista y su familia mientras descansaban en su casa de Zonda. Los malvivientes golpearon al jefe de hogar, a su hijo de 2 años y sacaron desnuda del baño a su mujer para llevarla a una habitación, donde uno de ellos intentó violarla. Luego de amenazar y encañonar varias veces a las víctimas, los ladrones los maniataron con alambres y escaparon con una jugosa suma: $50.000 que el dueño de casa tenía para pagar sueldos, precisó Vanesa Naranjo (28), una de las víctimas.
Todo ocurrió ayer a las 14.45 cuando Naranjo, su esposo Aldo Aguilera (33) y su pequeño hijo Ramiro (2) descansaban en la casa 10 de la manzana A del Bº Las Totoras, Zonda. A esa hora, Aguilera, un contratista que ofrece cuadrillas de obreros a distintos diferimientos, estaba acostado. Su nene estaba viendo televisión en el comedor y Naranjo estaba a punto de bañarse. En ese momento -contó Naranjo- tres sujetos ingresaron a la vivienda tras romper una puerta mosquitera del fondo. ‘Me estaba por bañar y escuché un estruendo. Salí a ver porque pensé que le pasó algo a mi hijo y ahí me topé con uno de los ladrones. Cerré la puerta del baño y me empujó. Forcejeamos, metió la mano con un arma y me ganó en fuerza. Me llevó desnuda y de los pelos a la pieza de mi hijo’, relató Naranjo.
Otro de los malvivientes le dio varios cachazos en la cabeza a Aguilera exigiéndole la plata y lo tiró al piso. El tercer cómplice agarró al niño, le puso el arma en la sien y hasta le pegó una patada en la espalda, contó la víctima, entre lágrimas.
‘El tipo que me llevó a la pieza, se me sentó encima y me puso el brazo en el cuello y el arma en la cabeza. Había cerrado la puerta y pensé que me iba a violar, pero llegó otro, que parecía el cabecilla, y le dijo que me tapara’, precisó Naranjo.
A todo esto, Aguilera les dijo a los ladrones que tenía 50.000 pesos en un mueble en la pieza de su hijo. Ese dinero estaba destinado para pagarles ayer el sueldos a sus empleados, contó Naranjo. Y agregó: ‘Mi marido nunca trae plata acá, fue horrible. Es más que obvio que esto fue una batida’.
