Banderas, cirios, fotografías, pancartas, pañuelos blancos… y más de mil coronas de flores para despedir a Néstor Kirchner, el hombre fuerte de la política Argentina, el dirigente más importante de la última década y el líder del partido peronista.
Una multitud rindió homenaje a Kirchner desafiando el viento y la lluvia, en un día gris.
Más de 100.000 personas, según cálculos extraoficiales, desfilaron por la capilla ardiente instalada en la Casa Rosada y miles esperaron en las calles para darle el último adiós a Kirchner en su recorrido hacia el aeropuerto de vuelos domésticos, desde donde sus restos fueron trasladados a Río Gallegos, su ciudad natal, para ser sepultados.
Muchos esperaron más de diez horas de pie en una interminable fila que por momentos llegó a superar los dos kilómetros para acceder al "Salón de los patriotas latinoamericanos" de la Casa Rosada y despedir el féretro cerrado donde reposaron sus restos.
El cortejo partió con varias horas de retraso debido a que la multitud continuó llegando hasta el mediodía a la Casa Rosada.
Apenas se inició la lenta marcha desde la Casa de Gobierno, la fanfarria del Alto Perú del Regimiento de Granaderos saludó el paso del coche fúnebre con la Marcha de San Lorenzo.
Sobre el vehículo que trasladaba los restos de Kirchner llovieron miles de flores y centenares de personas se agolparon a su alrededor para tocarlo en un gesto de despedida.
También se acercaron de manera permanente a lo largo de todo el trayecto al auto que trasladaba a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para desearle fuerza y brindarle apoyo.
Como era de esperar, los sindicatos y las organizaciones oficialistas movilizaron a miles de personas en una demostración de fuerza, pero más allá de los acarreos, ciudadanos de todas las edades y de todos los estratos sociales acudieron a rendir homenaje a Kirchner en un clima de tristeza y respeto.
No había silencio, por el contrario, el ambiente se pobló de cánticos como "Néstor, querido, el pueblo está contigo", "Para Cristina, la reelección", en medio de aplausos y agitar de banderas y pancartas.
Miles de personas corrieron a la par del cortejo y no se separaron hasta que llegó a la Avenida Libertador, donde se imprimió mayor velocidad a la caravana.
El cortejo recorrió luego la avenida Córdoba, por donde continuó hasta la 9 de Julio. A la vera de las avenidas, desde los edificios, la gente despidió a Kirchner con flores, consignas como "Si este no es el pueblo, el pueblo dónde está" y otras que fueron dirigidas contra el vicepresidente Julio Cobos pidiéndole que renunciara a su cargo.
El cortejo tomó luego la Avenida del Libertador. El paso se realizó a mayor velocidad, y continuó recibiendo el clamor popular que no dejó de arrojar flores al paso de los autos.
Numerosas banderas de países latinoamericanos, de los pueblos originarios y de la diversidad se agitaron también para despedir a Kirchner.
En el aeroparque, esta vez bajo una lluvia más intensa, el avión TC-55 de la Fuerza Aérea despegó a las 14.40 rumbo a Río Gallegos llevando a su bordo los restos del ex presidente. En la nave también viajó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sus hijos Máximo y Florencia, Alicia Kirchner, Aníbal Fernández, Oscar Parrilli y Carlos Zannini.
