El dramático y trágico caso de un recién nacido que supuestamente encontraron abandonado en un descampado de Santa Lucía, parece encaminarse a cerrar uno de sus dolorosos capítulos: ayer, el juez de Menores Carlos Guido Ramírez concedió la guarda de la criatura (de un mes) a su abuela materna. En la práctica, fue como volvérselo a su progenitora, porque la joven vive con su madre (la guardadora).

"Hoy (por ayer) le otorgué la guarda del bebé a su abuela materna, que vive con la madre del nene. Además resolví que la mamá de la criatura deberá presentar todos los meses informes sobre el tratamiento psicológico al que se está sometiendo en forma privada (para saber si está en condiciones de criar a su hijo). Y ordené realizar una encuesta ambiental para conocer a fondo la situación familiar y el ambiente en el que estará la criatura", dijo ayer el juez Ramírez.

Las dramáticas connotaciones que rodearon al presunto abandono del bebé se descubrieron el último miércoles a las 18,30, cuando el agente de Bomberos Javier Otiñano llamó a la policía para avisar que con su amigo Pablo Martín hallaron a un recién nacido abandonado detrás de un árbol en un descampado de calle San Juan, metros al Sur del cruce con San Lorenzo, Santa Lucía.

Cuando el bebé llegó al hospital, lo recibió la misma médica que lo había estado tratando hacía unos días y esa profesional le dijo a la policía quién era la madre. Cuando la encontraron, la joven les dijo que ella no había abandonado a su hijo, que en realidad se lo había dado al presunto padre (Pablo Martín, casado), porque no lo podía criar.

También dijo -según la policía- que ese día después de dar a la criatura se arrepintió, que lo llamó a Martín para reclamarlo y que entonces el joven le recriminó su actitud y le dijo: "Salí a la calle, escuchá el estruendo".

Entonces parecía armarse un complicado rompecabezas, que por entonces prometía cobrar una vida. Porque Martín era el sujeto que aparecía hallando a su presunto hijo y porque era el mismo sujeto que agonizaba y moría en el hospital: el estruendo, fue el choque de su Ford Falcon contra una columna de un puente peatonal en avenida de circunvalación, cerca del lugar donde vivía la madre del nene.