La evolución del mundo a pasos agigantados, nos sorprende por los tangenciales cambios y transformaciones. El interrogante debe acompañar el asombro, porque urge saber si nos estamos preparando lo necesario para poder extraer las conclusiones correctas, ante el riesgo de acusar recibo equivocado por lo que puede ocurrir conforme con nuestra limitada capacidad para intuir.
Estamos en la antesala de inventos y descubrimientos inimaginables, pero que la humanidad debe prever en un orden sistemático y enlazado, convenido en la estrategia integradora de todas las naciones, porque más allá de los enfrentamientos circunstanciales que la inconstante del hombre no puede detener, lo peor que nos podría pasar como generación histórica, será no poder controlar el desarrollo y los resultados de las nuevas invenciones y descubrimientos. Algo se insinúa donde la cibernética, la biogenética, la informática y la robótica alcanzan tal grado de desarrollo técnico-científico, que ponen al ser humano dependiente de la máquina que aún domina. El presagio se torna aterrador porque muchos científicos deslizan la posibilidad del pensamiento de la máquina, introduciendo un concepto equivocado de la existencia, ya que la máquina podrá hilvanar conclusiones y asimilar conductas conforme los elementos de carga receptiva, pero jamás pensar. Ello es inherente y propio a una construcción excepcional de dignidad que domina con su señorío la creación y sus especies llamado hombre.
En esta vorágine abismal que pierde sus límites, debe reivindicarse la idea que promueve a las estadísticas para que se posicionen en un lugar de privilegio y de acompañamiento constante de todos los actos y acontecimientos de la vida humana en su relación con todo lo que le rodea. Las metodologías para el análisis y la síntesis no se desprenderán conceptualmente de la mente humana pero las computadoras, que se prendieron al caminar de las personas, son parte de un "yo virtual” necesario, extremadamente reciente, pero imprescindible, no sólo por la recolección de datos y posterior análisis, sino por los patrones que se desprenden de la alta sofisticación instrumental.
Lo que se viene es un cambio sideral en la educación y en los instrumentos para alcanzarla debidamente conforme a la nueva exigencia que debe contemplarse desde el Estado, a costa de que si no se acomoda y adapta rápidamente a su demanda, el riesgo de un retroceso exponencial de la actual evolución es una amenaza constante, ya que los tiempos de esa evolución discurren en períodos más cortos.
