Fue tan verosímil su descarada Juana en la tira-tanque del Trece, que resulta una odisea recortarla de la ficción y legitimarla como Eleonora. Al menos, la palabras que eyecta Wexler fuera de un libreto, imprimen ternura extra large -y deliciosa humildad-. "Estoy muy agradecida a Valientes y al reconocimiento de mi personaje", dijo la sabrosa arquitecta de vidas ajenas. Es que la actriz -que comenzó su carrera a los 8 años-, construyó una carrera tan exquisita como la oscura villana que se interpuso entre el amor de Alma (Julieta Díaz) y Leo (Luciano Castro)-. "Juana termina pagando todo. Creo que merece el final que van a ver", profetizó la eximia. El desenlace del culebrón se emitirá esta noche a las 22 y también se incluirá en un especial programado para este domingo. Antes, dialogó con DIARIO DE CUYO.
– Adelantanos el final de Valientes. ¿Cómo paga Juana sus fechorías? No me digas que termina buenita y redimide sus malicias….
– (Risas) ¡No!, termina pagando todo. Por un lado, Juana asume sus culpas, sabe que no puede parar de lastimar porque está enferma. Como es inteligente, se da cuenta de todo el daño que causa.Y por el otro, siente que la vida sin su papá (Laureano Gómez Acuña) no tiene esperanza. Al quedarse sola, se le hace todo imposible. Creo que merece el final que van a ver.
– Paradójico. A Eleonora se le hizo todo posible gracias a Juana. Tapas de revista, críticas endiosadas. Hasta se te ve más sexy…
– (Risas) Sí, es cierto. La verdad es que fue un programa extremadamente popular que me dejó muchas cosas positivas. Estoy muy agradecida a Valientes y al reconocimiento de mi personaje. Conocí una calidad humana de equipo formidable.
– Parte del equipo protagoniza una pseudo Valientes 2. Los romances entre Heredia-Kloosterboer y Castro-Rojas están a full…
– (Risas) Me parece maravilloso, pero no me interesa la vida privada de las personas. Que los chicos sean felices, nada más.
– Con tanto éxito cosechado ¿Sigue sin importarte un protagónico absoluto?
– Sí, sigue sin desvelarme. Pero fijate que en Valientes no hubo un protagónico absoluto. Si bien Julieta (Díaz) y Luciano (Castro) eran los protagonistas, todo fue compartido. Cada historia tuvo su importancia y eso está bueno. No sé si todavía existe esta cosa del protagónico individual. En Valientes, cada uno de nosotros tuvo su lucimiento.
– Los éxitos no se explican, pero eso podría contextualizar su fenómeno ¿no?
– Sí, también. Pero creo que fueron muchas cosas, no sólo eso. La historia tuvo una mezcla de géneros que la hizo muy interesante. Tenía intriga, venganza, suspenso, amor. Hasta los hombres se engancharon. No hubo edades para ver Valientes. Creo que otras de la razones del éxito fue el trabajo de equipo. Todos tiramos para adelante y no hubo conflictos, que a veces arruinan el éxito.
– ¿Tenés miedo de que los productores se envicien y digan: "necesitamos una villana, llamemos a Wexler"?
– No, creo que depende un poco de mí también. Lo que sí siento, es que es momento de despedirme de Juana.
– ¿Cómo vas a exorcizarla?
– Voy hacer teatro para descansar de Juana. La obra se llama "El descenso por el Monte Morgan", es de Arthur Miller y me acompaña Oscar Martínez y Carola Reyna. Interpreto a una chica de mi edad, que está casada con el personaje de Oscar, un hombre mayor que tiene una doble vida. Yo vengo a ser una víctima en este caso, porque me entero que tiene otra mujer y un hijo. La estrenaremos a principio de mayo.
– Regresas a las tablas, tus raíces. ¿Una regresión catártica?
– (Risas) Puede ser. El teatro me da una energía diferente, otra fuerza. Me revitaliza.
– Además del teatro, ¿Pensás volver a la tele?
– Por el momento no. Tengo propuestas, pero está bueno que la gente descanse de uno y yo descansar un poco de la tele.
– ¿Es cierto que dijiste que el éxito te reconcilió con tu estatura? Fue portada de un semanario…
– (Risas) ¡No! Son títulos que buscan la prensa para vender.
– O sea, víctima del trillado "me sacaron de contexto".
– Sí, pero todo bien. Son las reglas del juego.
