Driver San Francisco es la mejor entrega tras las dos primeras, una obra entretenida firmada por el equipo tradicional de Reflections. Dos tropiezos acabaron siendo los dos desaliñados acercamientos de la saga Driver a la mecánica de Grand Theft Auto, mezcla de acción en tercera persona y conducción con cambios de auto. A cargo entonces de Atari, Driv3r y Parallel Lines intentaron buscar un hueco en la pasada generación en este terreno, dejando atrás su mecánica central de persecuciones y huidas más frenéticas. Cuando Reflections Interactve, ya bajo el sello de Ubisoft, anunció este nuevo Driver San Francisco, no fueron pocos los que auguraron un nuevo juego solo correcto, entretenido pero que no lograría en ningún momento la notable calidad de los primeros. Además, no le tardó en caer una avalancha de críticas, especialmente centradas en un sistema que permitía cambiar de auto sobrevolando la ciudad y escogiendo cualquiera libremente.
Sin embargo, esta nueva entrega genera el asombro de los expertos, ante la notable propuesta, innovadora y entretenida, que han logrado sus creadores en un juego más que correcto, grande, cuidado, que recuerda en cada volantazo a los dos primeros Driver de PlayStation, aquellos de los que todo el mundo hablaba en su día y marcaron bastante a otros tantos títulos. Driver San Francisco deja atrás el erróneo camino que llevaban sus dos anteriores y reencauza la saga.
Para que siga funcionando medianamente bien, Driver SF incorpora todas las exigencias que cabría pedir a un producto de hoy, como uno de los modos multijugador online más extensos y variados en materia de conducción arcade, así como algunos extras: modo Director de Cine y más de 25 horas de juego en solitario para quienes desean lograr todos los autos y mejoras. La ciudad que sirve de mapa abierto para acercarse a los puntos que arrancan unas y otras misiones es inmensa, con una ambientación fantástica y elementos y zonas bien diferenciadas. Todos los coches y canciones son de nombres propios reales, lo que otorga mayor verosimilitud y un aspecto muy serio al juego, que demuestra el valor de superproducción que trae consigo.
Junto al regreso de la jugabilidad tradicional aderezada de importantísimas y eficaces innovaciones, otra recuperación esencial era la de los personajes. John Tanner –el policía bueno y entregado al cual el jugador encarnará- y el amenazante Charles Jericho, quienes ahora tendrán más carisma que nunca y protagonizan una historia enfrentada bien expuesta. Las cinemáticas del juego, los diálogos y los objetivos de las misiones irán enredando al jugador en esta especie de serie televisiva de policías y ladrones, dividida en 16 actos centrales pero aderezada de más de 170 objetivos secundarios, muchos de ellos de obligada ejecución. Driver San Francisco desbloquea la trama principal al conseguir puntos en tareas secundarias, que apoyan al hilo.
SAN FRANCISCO, EL LUGAR ELEGIDO PARA LA ACCIÓN
El esquema central del juego coloca al usuario en una fielmente recreada San Francisco, enorme y bulliciosa, llena de tráfico, variedad de calles, vehículos y comercios. Aunque a medida que el jugador avance irá abriendo nuevas zonas, la ciudad al completo es colosal, casi tanto como la Nueva York de GTA IV, por poner un ejemplo. Tanner circula con su camarada Jones al principio de la aventura cuando reciben el aviso de que Charles Jericho, ese robusto y temible delincuente icono de la saga, ha vuelto a escaparse. El fugado logra causar un estrepitoso accidente que acaba con la consciencia del protagonista, que queda en coma y rápidamente ingresado. Sin dejar en claro si ha habido una recuperación total o no, el título vuelve a poner al usuario en las calles, con John Tanner completamente obsesionado con encerrar de nuevo a su archienemigo.
Incansable, el policía partirá de un mapa conceptual que irá creando y conectando entre sus partes poco a poco, con más personajes que le pueden llevar hasta Jericho.
