Real Madrid repitió la historia ocurrida dos años atrás en Lisboa, pues volvió a ganarle ayer al Atlético de Madrid del argentino Diego Simeone en la final, esta vez por 5-3 en los penales tras igualar 1-1, y festejó la conquista de su undécima Liga de Campeones de Europa, lo que representa la mejor cosecha desde la creación del máximo torneo continental de clubes. El astro portugués Cristiano Ronaldo tuvo una discreta actuación durante los 120 minutos de juego en el estadio San Siro de Milán pero el destino lo habilitó a sentenciar la conquista con un penal decisivo, que anotó con un tiro a la izquierda del esloveno Jan Oblak. La tanda se desniveló con un remate al palo del defensor Juanfran en el cuarto turno. Durante el período reglamentario, el zaguero y capitán Sergio Ramos (15m.PT) marcó por el Real Madrid mientras que a los 34m. (ST) igualó Carrasco para el Atlético. El conjunto dirigido por Zinedine Zidane mostró gran personalidad para imponer condiciones en la etapa inicial, forzó el desarrollo del juego en el campo rival y sacó ventaja en el marcador a través de una pelota detenida que Ramos capitalizó en ligera posición adelantada. Pero en la segunda mitad el Atlético tuvo mayor profundidad, aunque Griezmann falló un penal. Pero Atlético, con el espíritu batallador que le imprime Simeone, respondió y Carrasco logró el empate. De ahí en más, ambos cansados, esperaron los penales. Y en esa dramática definición gritó el Real.
