El gran temor es que un dique de colas colapse ante un terremoto. “Hay que sacar ese prurito que tiene la gente. Hoy los diques se construyen con una gran responsabilidad ambiental, hay ingeniería para el cálculo de las estructuras, se estudian muy bien los suelos donde van a estar asentadas estas estructuras, y se evitan los suelos pasibles de licuefacción´´, explicó Gutiérrez. “Nunca el colapso es total ante un sismo, hay tiempo de arreglarlo. Y un dique instalado en la cordillera no llegaría nunca a la población, las colas se pueden reportar a algunos kilómetros de la zona del desastre, pero nada más. Hay tiempo a remediarlas´´, aseguró el experto. ¿Y podrían llegar a contaminar las napas freáticas?, se le consultó. “El diseño y construcción que se usa ahora lleva a que quede totalmente eliminado como riesgo´´, dijo el experto. Agregó que hay 30 mil diques de cola en el mundo. “Que colapse uno, es como un accidente de aviación; causa mucho impacto pero no es representativo´´.
