Se considera un laburante del teatro y aunque hizo pie en Buenos Aires con buenos resultados para su carrera, eso no lo obnubila. Guillermo Kuchen regresa a la escena sanjuanina después de más de siete años sin actuar en la provincia; y lo hace en el grupo de teatro donde comenzó en 1998, en el Círculo de Tiza que dirige Juan Carlos Carta, con el estreno de El joven Dostoievski.
"Nunca me fui de San Juan, tengo mi corazón acá, mi familia está acá. Fui a Buenos aires a trabajar, pero siempre con la idea de que mi lugar es éste"dijo en una charla con DIARIO DE CUYO, el actor de 36 años, que además es arquitecto y que decidió partir a Buenos Aires a perfeccionarse en 2005. Después de estudiar con Pompeyo Audivert, su talento comenzó a abrirle puertas insospechadas. Trabajó en Alta en el cielo, una obra en el Teatro Cervantes que dirigió Rodolfo Bebán; debutó en cine en Revolución, que protagonizó Rodrigo De la Serna y en 2011, compartió elenco nada menos que con Víctor Laplace, Gustavo Garzón y Sandra Ballesteros en La gran magia.
Su regreso a las tablas locales lo moviliza. "Estoy fascinado, tenía muchas ganas de hacer teatro acá. Estoy feliz de que Juan Carlos (Carta) me haya abierto las puertas para volver" en un proyecto en el que destaca tiene ciertas exigencias actorales. "Es un desafío grande", dice.
Y manos a la obra se puso este artista, al que le gusta trabajar ‘como bruto’; y que aunque pudo -estando en Buenos Aires- haber seguido el rumbo de los jóvenes actores con pinta que ingresan al "ambiente" de cualquier modo, decidió esquivar ese camino.
Disfruta del teatro amateur, pero tiene claro que quiere que la actuación sea su medio de vida. "En San Juan no se puede vivir de la actuación exclusivamente, hay que combinarlo con otra cosa, alguna gestión pública, dar clases, y a mí no me interesa eso, a mí me gusta subirme al escenario", asegura.
Hace 15 años empezó con Carta y ahora regresa. "Me dijeron que él era muy duro, que no tenía problemas en decirte "Andate que no servís para esto". Entonces pensé que eso era lo que necesitaba. Si esto que me gusta no lo hago bien, prefiero que me lo digan de entrada". Pero parece que a Guillermo Kuchen le sobraban condiciones, y haciendo teatro se quedará buen rato.
