En lo que va del torneo no había convertido. Acumulaba una sequía de seis juegos, porque en la antepenúltima fecha del campeonato pasado había anotado su último grito. Aquel tanto ante Independiente Rivadavia no sirvió para ganar. Todo lo contrario a lo de anoche. Porque terminó con su anemia y Sebastián Penco volvió a arrancar la motoneta, esa que los hinchas aclamaban.
Sumó el gol 17 con la camiseta de San Martín, el de la desgracia según los quinieleros y por ello quizá le costó tanto. Pero llegó rápido, a los 5 minutos de iniciado el juego en una combinación que nació del fondo, pasó por los pies de Scatolaro, luego por Barreiro, para la definición con remate cruzado del goleador Verdinegro. "Me faltaba el gol, estaba dando una mano al equipo, pero lo necesitaba", contó el autor del primer grito en Concepción.
Luego tiró sus sensaciones sobre su estreno en la red en la temporada: "Me da confianza, por suerte llegó rápido porque estaba ansioso y que haya sido rápido me dio tranquilidad para ver y jugar el partido con otra intensidad".
El clásico festejo llegó, fue ante la popular Norte, donde le dio varias patadas a la motoneta porque no quería arrancar, hacía tiempo que no la encendía pero el contacto llegó y se subió a su "moto" imaginable con la que festeja cada vez. Incluso pudo marcar otro, cuando a los 6′ del complemento Gerardo Acosta metió el centro y Penco clavó un cabezazo fortísimo que reventó el palo ante la mirada del arquero Champagne. "Estuve muy cerca en esa, pero dio en el palo", recordó.
El triunfo vale mucho para el goleador y sabe que estar primero genera que todos lo miren de otra manera. "Ahora todos nos van a querer ganar y les va a costar un poco hacerlo, ya sea acá como afuera".
Sobre el final, habló del por qué se quedó en el club: "Lo hice por la revancha y para lograr lo que no se pudo el torneo pasado". Fue en la noche donde Penco se reencontró con gol, en una noche ideal, en la que Sebastián cargó el tanque y encendió la motoneta. Ahora va por más…
